Entre un mar de Olivos se encuentran Rus y Linares, escucho desde la lejanía llantos de tristeza y corazones rotos dos familias han sido destrozadas a la vez que silenciadas, gritan al mundo entero desde sus humildes gargantas, son inocentes!, pero la inocencia no existe, son hombres.
Una foto de una chica abrazando a su bebé, cara de tristeza, una foto de una madre destrozada, ha sido separada de su hijo
Compartí momentos con quienes ahora culpables hace la ley, comparto el dolor, la tristeza, la agonía que golpea con fuerza.
Mientras el silencio se apodera de quienes esconden sus caras de vergüenza,dentro de los muros de la vergüenza humana, Juan Carlos y Miguel Ángel como actores de una falsa sufren al unísono las consecuencias de un sinsentido.
Yo ya nada espero, a nadie creo, ni a sus leyes, ni su gobierno, como preso político el Linarense se negó con valentía, no reconoció lo que el jamás había hecho, entre rejas prefiero estar antes de esconder la verdad.
El Joven de Rus, corazón lleno de esperanzas y sueños, si todavía no conoce la vida, ¿Cómo os atrevéis a arrebatársela?
Yo soy Juan Carlos, soy Miguel Ángel, soy un padre separado de sus hijos, soy un hombre al que han denunciado, acusándolo de lo que más desprecia. Soy Nieves, una madre que sufre, pero jamás en silencio, soy Isabel, una hermana y madre, maltratada por este sistema injusto, todas somos mujeres, desprotegidas, pues sus leyes no nos amparan. Yo soy yo, hombre y humano, criado en unos valores de igualdad y justicia, de respeto, de solidaridad, valores que ni sus carceles ni sus leyes exterminarán.
Os espero amigos Juan Carlos y Miguel Ángel, ser fuertes y resistir.
No estáis solos.
Juan Manuel Salas Ramírez