De tapas en alboroní. ¿quién busca algo bueno?

Alboroní es un gran "gastrobar", o bar, o restaurante de tapas, del barrio de Los Remedios. Es, si me lo permitís, para mí uno de los mejores establecimientos de la zona que ha pasado por diversas vicisitudes, buenas y no tanto, hasta el día de hoy en el que goza de una madurez que me parece está pasando inadvertida para el público en general. Podemos hablar de su amplitud, de su cuidado espacio, de su mobiliario, de su atmósfera y más detalles pero prefiero hablar de su cocina y lo que la rodea. El resto mejor descubrirlo por cuenta propia.
Pedro Oliva ha estado en el equipo de gestión en toda la trayectoria de Alboroní y, hoy por hoy, dirige la cocina y el negocio. Es un profesional de ideas claras. Pocas florituras y buen pulso. Que tiene por norma ofrecer cocina sencilla, estéticamente atractiva y de buen sabor. Ha mantenido los clásicos de siempre y se ajusta al mercado para completar su carta con recetas que surgen a salto de mata y desaparecen para dar paso a otras nuevas, que se plasman en una pizarrilla, como es de ley, con el único fin de divertir a su cliente-amigo y sorprender su paladar.
Largo recorrido nos supone repasar la carta aunque el disfrute merece la pena. …Es imponente su "Carpacho de carabineros con virutas de hígado de pato". Refrescante el "Aliño de Picadillo de langostino o gamba" al que puede seguir unas "Ortiguillas de chipiona" fuera de programa o una "crepe de cremoso de boletos" también sacada de la chistera creativa de Pedro.
La carta se estructura en lo usual: Entrantes, fríos, calientes, carnes, pescados y postres apartados de los que destaco además el "Huevo a nuestra manera", el "Bacalao Dourado" y el "Taco de salmón dorado en sartén con picada de aguacate y maíz".
Me gustó especialmente en mi visita el "Tataki de atún con mahonesa de soja" plato ya global en Sevilla y me pareció la gran estrella de la lista un glorioso e inigualable "Hígado de pasto fresco, a la plancha, con alioli de peras" ideal para acompañar con un blanco sauvignon, un semidulce o un cava bien frío que puede maridar a la perfección con otro grande de la carta: el magret de pato a la plancha hecho en su punto justo. Creo que Alboroní está todavía en ese grupo de sitios por redescubrir porque es una delicia visitarlo, relajar el espíritu y dejar que Pedro en la cocina, José Godoy en la barra y Antonio Díaz en las mesas nos hagan pasar un buen y exquisito momento.
Alboroní, Vinos y Tapas se encuentra en la calle Virgen de Regla, 18, junto al bar de copas Cafetín.