Últimamente he establecido una frontera entre mi yo y los otros.Revoloteando por los tejaditos de París, nevaditos y haciéndoles un guiño, cojeando y sintiéndome asistida por los brazos de una gatita con esos ojos verdes del perverso y delicioso gatito de Sherk, me dejo por vez primera columpiar la minusvalía de mi cuerpo.
Y fuera de este mi espacio altivo no entran quienes no anden “de/ o con los loqueros” o hayan transitado en terapia.No todos pueden volar bajo el plumaje de mis alas, como de cualquier ala abierta a un sueño perfumado de magia e inocencia .Me he percatado que quienes no han pasado por episodio traumático alguno no me interesan.Que los que son capaces de ser tan fuertes, moralistas, o sencillamente capaces de sonreírle a la vida aunque se estén cagando en su pm (puta madre) y ni crean en lo que profesan, son insípidos reflejos de una roca que se anda desmoronando por dentro pero que sigue jodiéndole la vida al prójimo con sus reproches de autosuficiencia mal asumida o con su indiferencia de tres al cuarto.Son como pieles finísimas que me cuentan historias insípidas que no logran calarme.Prefiero a los desgarrados, a los que se masturban las meninges, a los insaciables con nombres impronunciables o a los indignados.A los que me muestran sus cicatrices y a los que les enseño las mías, comparando el grado de tatuaje existencial que nos anida marcándonos o resquebrajándonos la piel.A esos pirados, que como yo aún siguen pidiéndole o exigiéndole a la vida algo de sinceridad, de loyauté ( de lealtad … es que esta palabruja en francés me encanta!!!) con sus noches oscuras, o con ese algo de picante que nada tenga que ver con la vulgaridad que nos circunda.A punto estuve de deshojar margaritas en un asilo de locos.Fui una perra, una golfa, fui una zorra que sació sus fauces en la venganza de cualquier bragueta, y una loca, una desalmada, un reproche eterno en bocas sensatas.Fui también un dogma atado a una moral exclusiva. Fui buena, generosa y hasta decente. Nunca me importó recibirme unas hostias a cambio. Nadie fue capaz de doblegarme. ¿Lo curioso?Es que soy capaz de mirarme al espejo. Sin reproches, sin mácula, y sin adioses inmerecidos.Creo que solo aquel que haya vivido algo similar, será capaz de juzgarme.Foto E.M. Série Paris sous la neige. Janvier, 2013. Y ya nos vamos... sigan la rumba... de Moisés Simons en la versión de Rita Montaner...