Algunos viejos se vuelven desfachatados, no porque ya estén chocheando, sino porque han perdido el interés en guardar formas, la vergüenza por no guardarlas, y el miedo a lo que podría pasar por no haberlas guardado. Yo creo que cuando el tiempo que tienes por delante es mucho menos que el tiempo que ya has vivido, mandas al diablo el "qué dirán".
Podemos ahorrarnos unas décadas, y empezar desde la mediana edad.
Silvia Parque