Vista de #acampadasol a las 20:30h. viernes 20 mayo 2011
El movimiento ciudadano iniciado el #15M ha crecido a la velocidad de la luz a medida que los medios de comunicación españoles no han tenido más remedio que prestarle atención, los ciudadanos que se mueven delante de las pantallas de ordenador se lo han ido explicando a los que se mueven delante de las pantallas de la tv, y todos juntos se han despegado de sus respectivas pantallas para salir a la calle.
El tratamiento informativo por parte de los grandes medios es un tema tan extenso que servirá dentro de no mucho para tesis fin de carrera en Comunicación; pero ha sido clave para que el ciudadano medio vea de primera mano quién dirige qué, y para empezar a cuestionarse la propia información que les dan masticada.
Al principio de todo, había incertidumbre respecto a la proyección de la primera convocatoria. Muchas críticas, quejas de las manos negras que estaban detrás, quejas del contenido apolítico por parte de la masa de jóvenes activistas, militantes y con cultura política.
Llegaron las manifestaciones del #15M en más de 50 ciudades. Y el movimiento se ha demostrado andando.
A principios de esta semana los medios televisivos hablan de "jóvenes indignados" reunidos por una convocatoria surgida de la red. Los mismos medios que se hacen eco a cada poco de las chorradas curiosas de Youtube, Facebook y Twitter, para llenar minutos de informativos. Los medios de prensa escrita también ha librado su batalla, informando o desinformando según el caso. Las portadas han visto una evolución a lo largo de esta semana ante el movimiento imparable.
Vista de #acampadasol a las 5:00a.m. del viernes 20 mayo 2011
Lejos de ser una anécdota virtual que se proyecta un par de días en las calles y luego desaparece, la propia red ha servido en tiempo real para difundir las imágenes de los desalojos en la Puerta del Sol o en Granada realizados a altas horas de la madrugada, a salvo (pensarían) de las cámaras de televisión de los grandes medios. En la red los ciudadanos han visto con sus propios ojos cómo medios europeos e internacionales hablaban de la noticia, mientras los medios españoles mantenían una versión 'light' y condescendiente.
¿De verdad pensaban que somos tontos?
Vivimos en un país bipolar donde se ha mantenido aquello tan viejo de pan y circo. Los ciudadanos estaban (supuestamente) anestesiados por la cultura del ocio, los partidos de fútbol y los improperios de Belén Esteban, hasta que ha desaparecido el pan junto a la posibilidad de tener pan algún día.
Desde los medios se ha aparentado normalidad con inyecciones de anestesia. Por un lado, las situaciones desesperadas de familias corrientes, con su hipoteca, sus dos hijos y su padre ganando un buen sueldo como obrero en la construcción. Luego la caída del sector inmobiliario, el paro, el subsidio por desempleo, la ayuda de 426€ y el fin de esa ayuda, que ponía a la familia en cuestión a las puertas de la indigencia.
Por otro lado, los jóvenes de 19-26 años, pobrecitos, estudiantes con una visión muy negra del futuro, sin saber si cortarse las venas o dejárselas largas, ante la perspectiva de que el esfuerzo invertido en sacar matrículas de honor podía servir de muy poco para acceder al mercado laboral.
Entre un polo y otro, los programas televisivos nos llenaban los ojos con personas podridas de dinero, jóvenes 'ni-ni', o la retransmisión en directo y en todas las cadenas de la boda real entre el príncipe Guillermo y Kate Middleton, que eclipsó el mismo día la publicación de las cifras oficiales del paro rozando los 5 millones.
Que no, que no somos tontos, oigan. Que hay gente que tiene más de 30 y menos de 40 y todavía está buscando estabilidad laboral. Que hay gente que ha tenido que conformarse con sueldos de 600€ estos años, contratos en fraude de ley, contratos temporales que se dan de baja y vuelven a renovarse para que no se acumule antigüedad en la empresa, empresarios de la vieja escuela que no saben ni encender un ordenador. Gente todavía joven que no pueden plantearse formar una familia porque come a base de bocatas las últimas semanas de mes, apenas tiene para el alquiler de una habitación, menos para plantearse la hipoteca para una casa.
Desde la experiencia propia, pensaba que era mala suerte de esta profesión espantosa que es el periodismo, pero no: amigos y conocidos, licenciados y posgrado en todo tipo de ramas (Derecho, Psicología, Magisterio, Informática, Telecomunicaciones) ganando como muchísimo 700€ y gracias, mientras los medios hablaban de 'mileuristas' aquí y allá. Ah no, que encima la cosa es peor, esos sueldos de miseria concretos de los que hablo son por estar en este tercer mundo que es Andalucía (aunque ese es otro tema para otra ocasión).
A esa generación que nacimos cuando ya había democracia, nos contaron que el esfuerzo, el trabajo y la preparación sirven para tener un futuro, sea licenciándose en una carrera o sin necesidad de estudiar, pero trabajando. Vemos que no, da igual el esfuerzo, no hay futuro sostenible. Para tenerlo, hace falta buscarlo y no resignarse, como la ciudadanía estaba haciendo hasta ahora.
Porque ahora, hemos despertado. Señores gobernantes: no es sólo cosa de jóvenes de menos de 25. El pueblo no es tonto.