A veces no tengo ganas de reconocer tus límites,
ni las aristas de tu integración.
La verdad es que, a veces, me hincha las bolas
tu puesta de puntos en todas las letras de mis poemas.
Algunas noches de euforia quisiera creerte en mis dominios
donde no pido permiso ni justifico mi avance en tu territorio,
sentir que te guardo en el bolsillo roto de mi corazón
que te tengo y que conmigo te llevo.
Otras noches de nostalgia herida quisiera mi abandono en tu puerta,
tenderte mi alma como una bandera blanca de rendición
y mi pacifica entrega.
De vez en cuando, en noches como estas,
quisiera que entre nosotr@s dos no existan fronteras.