- Traducción literal: suele ser la más aceptada, pero hay ocasiones en las que no queda bien. Cuando funciona, salen títulos como Los Juegos del Hambre (The Hunger Games), El Corredor del Laberinto (The Maze Runner) o El nombre del viento (The Name of the Wind). Esta es la opción más fiel al título original, ya que se dice lo mismo.
- Traducción parecida: es la que se suele adoptar cuando la traducción literal no queda bien: se busca un título que más o menos evoque las mismas sensaciones. Un buen ejemplo es Sangre azul, la segunda parte de Vampire Academy. El título original es Frostbite, que significa "congelación". En una entrevista que le hicimos, el traductor explicó la elección del título de la siguiente manera: "En mi opinión, Frostbite es un juego de palabras visual (frost+bite) que evoca el frío y los mordiscos de los strigoi. «Sangre» y «azul» no sólo hacen unas referencias similares, sino que, además, alude directamente la realeza, temática central en el libro" Otro buen ejemplo es En llamas, cuyo título original es Catching fire (Prendiendo fuego). La traducción elegida dice prácticamente lo mismo, pero queda mucho mejor.
- Traducción completamente distinta: creo que esta no necesita explicación, ya que todos nos hemos quejado alguna vez de ellas. Son casos como El designio del ángel (Unearthly = Sobrenatural), Harry Potter y el misterio del príncipe (Harry Potter and the Half-Blood Prince = Harry Potter y el Príncipe Mestizo), Si no despierto (Before I fall = Antes de que caiga) o Traición (Uglies = Feos). Muchas veces el título escogido queda mejor que la traducción literal, pero otras tantas uno se pregunta cuál es la motivación de la editorial. Un ejemplo de traducción inventada que me gusta es Oscuros (Fallen = Caídos). El título en español no es tan revelador como el título en inglés, y además es coherente con la novela.
- Dejar el título original tal cual: aquí es cuando entramos en terreno pantanoso, y fue esto lo que originó el debate. Hay veces en las que dejar el título original queda bien y se entiende, como en el caso de Delirium. Vampire Academy es otro título que se entiende aunque uno no sepa inglés, porque se puede deducir. Sin embargo, hay otras que, en mi opinión, la editorial la caga. Un buen ejemplo es Pathfinder, de Orson Scott Card. Es una palabra que significa "explorador" o "rastreador", pero al dejar el título en inglés, la gran mayoría de los lectores no saben su significado. Otro ejemplo es Eldest, la segunda parte de Eragon, que significa "El mayor" Una traducción literal no habría quedado bien, pero teniendo en cuenta el público al que va dirigido, dejar el título en inglés solo sirve para que el lector no lo entienda. Pasa lo mismo con Hush, hush, que, literalmente, significa "Shh, shh" o, más figuradamente, hace referencia a guardar secreto sobre algo. Al dejar el título en su idioma original se pierde este matiz, ya que la mayoría de los lectores no saben lo que significa. Forgotten (Olvidado) es otro buen ejemplo: si bien muchos de nosotros sabemos inglés y por lo tanto lo que significa el título, muchos lectores no lo saben ni tienen por qué saberlo. Sin ir más lejos, el otro día alguien me comentó por twitter que sus compañeros de clase no sabían lo que significaba el título.
Y esto ha sido todo por mi parte. Ahora llega vuestro turno: ¿qué opináis vosotros? ¿Qué opción preferís? ¿Qué ejemplos de traducciones se os ocurren? ¡Opinad!