Revista Diario

Decálogo de supervivencia para un hombre en las rebajas

Publicado el 04 julio 2012 por Bloggermam

Decálogo de supervivencia para un hombre en las rebajas

Unos pocos consejos de supervivencia para aquellos maridos/novios/parejas o demás fauna masculina que circunstancialmente carecen de una buena excusa del tipo “he quedado con un lanzador de cuchillos ciego para hacer de diana” y no les queda  más remedio que acompañar mansamente a una mujer a las rebajas.

  1. Haz acopio de recuerdos agradables que te ayuden a evadirte y al mismo tiempo hagan que tu semblante muestre una moderada sonrisa y cara de gilipollas. Por ejemplo, cuando tu equipo ganó, la despedida de soltero de un amigo, aquella vez que te rompiste una pierna y tuviste que quedarte en el sofá viendo deportes 2 meses.
  2. Cuida el lenguaje. Sé siempre positivo. No se dice “No te hace gorda”, se dice “Te hace estilizada”, “te sienta bien”. No se dice “es horrible”, se dice “estás segura de que lo puedes combinar bien?”. Incorpora frases de supervivencia “Sí cariño”, “es muy mono”, no repitas siempre lo mismo, se nota mucho. Pero jamás nombres a otra mujer “Te sienta tan bien como a Angelina Jolie”…Te responderá “ah sí? te gusta esa más que yo?”…huye…
  3. Cuando te pregunten opinión nunca respondas. Es una trampa. Cualquier mujer sabe que todos los hombres heterosexuales no tenemos ni pajolera idea de ropa. Así que intenta imitar el gesto de Richard Gere en Pretty Woman, abre la boca como para decir algo, no digas nada, respira, cambia el gesto, que parezca que piensas…ellas lo completarán con un “no me queda bien”, “demasiado largo”, “demasiado corto”, “tienes razón…”, “me lo llevo”.
  4. Mira a las mujeres como si te las imaginaras vestidas. Conseguirás llegar con la cara intacta a la cena. En los probadores levanta la barbilla como si fueras legionario.
  5. Mide las distancias, no vayas detrás de ella pegada como un cordero, porque irás derribando los percheros. Intenta parecer más el mayordomo que el marido. Las tiendas están diseñadas a tamaño mujer, no al de un hombre con tres millones de bolsas. Tampoco te alejes persiguiendo a las dependientas, mantén una distancia intermedia. La medida la da su voz, tienes que poder oír claramente cuando pregunte “Te gusta esto?” para que tú puedas responder “mmm ehhh” (Recuerda Richard Gere), en lugar de “Gooool” o “chuletón con patatas”.
  6. Nunca mires el reloj, si le metes prisa cualquier compra que no le guste será culpa tuya.
  7. Nunca mires el precio, se sentirá coaccionada y te echará la culpa de lo que no le guste.
  8. Nunca le animes a comprar algo, es la mejor forma de echarte la culpa, cuando no le guste esa prenda.
  9. Lenguaje corporal. No te arrastres como un herido de la guerra dentro de la tienda y eches a correr cuando creas que va a salir del local.  Es una argucia!!  Es un chequeo de tu nivel de ansiedad. Regresará hacia adentro porque habrá visto algo. Es un juego para romperte la cintura y las rodillas y que no puedas escapar corriendo.
  10. No intentes mediar en una disputa entre dos mujeres por una prenda de ropa, si lo haces se aliarán para ponerse en contra tuya, “Porque tú no entiendes nada”, “Eres un insensible” o “No hacía falta que lo dijera”. Eso sí siempre ponte de parte de tu mujer, más que nada para recibir los arañazos de la oponente.

Con estas sencillas normas conseguirás regresar a casa con la tarjeta de crédito pelada y con tu mujer completamente confundida. Creerá que te gusta ir de rebajas y jamás volverá a pedir que la acompañes.


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