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Decrépita

Publicado el 21 febrero 2011 por Martinherzog
DecrépitaDios aprieta pero no ahoga”, eso es lo que me enseñaron cuando era un inocente infante, de esos que rocían su niñez con la variedad, y que pasados un puñado de años apenas recuerdan determinadas fragancias. Esa frase parece muy cierta, pero si se detienen a pensar un poco la cuestión, se darán cuenta que son siempre unas palabras que decimos los vivos, y hay muchos que han quedado por el camino, víctimas de la ira de Dios, o simplemente de un dicho. Al que quedó deshechado, Dios lo ahogó.
Últimamente salpican nuestros raciocinios de aficionado noticias sobre las revueltas en los países árabes, y muchos nos escandalizamos y alarmamos, pero habría que buscar en la mente de cada uno y discernir si ese pesar es digno o no lo es, es decir ¿nos importa un carajo el progreso de estos pueblos, el salto a un régimen político mejor, o simplemente vemos las revueltas como un hecho que pone en peligro nuestro hobby? Como dice mi amigo Ian Montgomery, de Radio Ranilla “cuidao con eso”.
La F1 lleva varios años siendo apretada, estrangulada por el Dios de turno, que no voy a entrar en si es Ecclestone, Todt o San Padillo Genuflexo. No me importa. Lo que me interesa vivamente es que se están
cargando el deporte (porque me niego a llamarlo de otra forma, aunque lo parezca), y las críticas a la política de esparcimiento de Bernie Ecclestone han sido y son abundantes, y desde la pluma de este redactorcillo también. Y la Formula 1 no ha muerto, y sigue con aparente buena salud, pero tengo la sensación de que la F1, ese ser salvaje, que siente su cuello retorcer, se apresta a recibir otro golpe más, otro retorcimiento en su pescuezo, quizá fatal.
¿Y de dónde vendrá esta vez? Pues a la que parece ser una necesaria reestructuración de las sedes “descastadas” y políticamente inestables, su suman ahora varias citas de rancio abolengo en el calendario, Melbourne, que ya vienen avisando desde hace tiempo, Valencia, esta no es histórica, pero ha sido puesta en duda por el Cyborg Ecclestone ,y Barcelona. No es sorpresa para mí ver que las citas españolas corran peligro de desaparición del calendario, dada la nefasta situación económica en España, que ya no se puede permitir ni ofrecer opio al pueblo. Esta vez ha sido el Presidente del Gobierno de Cataluña, Arturo Mas, el que ha expresado que la situación económica es muy delicada y que hay que realizar ajustes para que la economía salga delante de forma satisfactoria, y en definitiva, la F1 es algo prescindible.
Similar es el caso de Melbourne, y aunque la situación económica en Australia es bastante más brillante que la de España, los de las antípodas se han cansado de tirar el dinero en el bolsillo de Ecclestone. En el Parlamento han explicado que han preguntado a los residentes de la que era hace unos años la ciudad más verde del mundo, y el resultado ha sido concluyente, pues de cada diez consultados, nueve han manifestado su deseo de que el gran premio no se celebre en sus calles, pues las pérdidas se acumulan año tras año.
El asunto es preocupante, pues unos países no ofrecen la garantía de estabilidad política y social necesaria para celebrar un evento deportivo de masas, y otros, no ofrecemos la solvencia económica suficiente para que un despilfarro en este deporte elitista sea visto con buenos ojos por las arcas de los estados y por los políticos que actúan de una forma responsable.
Y por más que lo miro, me quedo sin calendario, o mejor dicho, con un calendario a la antigua, con casi la mitad de carreras que hay hoy, y lo que es peor, con una sensación de desaliento, de que todo está perdido y que seguimos irremediablemente condenados a la frustración de sabernos manejados como títeres en el guiñol de la disconformidad.

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