Revista Diario
Me envolviste con tus piernas, y yo enrosque en ti las mías.
Cogiste mi rostro entre tus dedos mordiendo mi labio inferior, besaste mi boca con tanta fuerza que sentí el choque entre los dientes... Y besaste mis labios acariciando con tu lengua el interior de mi boca. Comencé a quitarte la camisa con dedos febriles, sentí en mi pecho tu mano recorriendo por mi cuerpo mientras seguías besándome como si creyeses que de detenerte yo desaparecía, yo me aparte y tu llevaste tu mano hasta el centro de mi andar.
Tenías los dedos mojados, seguías ahí perdido debajo de mi ombligo estabas sobre mi sin pantalones, adentre mi mano entre tus boxers desgastados y ahí sentí el paraíso más bonito. Volví a apartarme todavía tenía tus dedos en mi interior, las piernas abiertas no puedo más susurré temblando, déjame llenarme de ti te oí decir. La habitación estaba a oscuras, sentí tu aliento en mi cuello tu respiración algo agitada, y nuestros cuerpos bailando en un mismo sentido. Te colaste por todos los poros de mi piel, llegaste a tocarme el alma con los dedos de tu mano y ahí sentí que quería vivir dentro de ti para siempre.
Demasiados recuerdos que acumulo en mi cabeza, demasiadas imágenes que guardo en mi retina todas para ti, prométeme buscarme como una vez lo hiciste. Déjame sentirme otra vez dentro de ti, y tócame el alma con tus manos. Ahora lloraré todos esos recuerdos de aquella noche, por ultima vez.