Define libertad

¿Qué significa, para ti?

Yo no tengo la respuesta, pero el planteármelo me hace un pelín más libre. Tengo más claro qué no es, como suele pasar. Porque son de esas palabras de las que debes desconfiar: nos vienen ya bien ancladas en nuestro vocabulario cotidiano, nos llenamos la boca con ella, pero no tienen un significado bien definido. Ni nos animan a buscarlo. Libertad será lo que deba ser en cada momento, lo que necesite tu país, lo que requiera de ti el mercado.

Pero sé que mi libertad es algo más grande que YO. Me niego a seguir confundiendo libertad con “yo”, sola, sin límites. A diferencia de lo que nos han contado siempre, crear una vida por y para nosotros mismos -y los más cercanos- no nos hace más fuertes y libres, sino más débiles, ya que estando asilados dependemos aún más de una autoridad y un estado que nos proteja y cubra todas nuestras necesidades. Está bien, puede ser una opción, el problema es que no suele ser una decisión personal. Nos viene de fábrica.

Solemos interpretar el dar y compartir para vivir mejor colectivamente, por el bien común, como un sacrificio de nuestra libertad. “Sacrificar”, ¡qué mal sonante! ¡qué alergia le tenemos! Pero quiero escoger qué sacrifico, y no que se me exija. Lo que llamas sacrificar puede significar simplemente compartir, cuidar, y tantas otras cosas necesarias para crear colectivamente y convivir.

Si la necesidad de pertenencia es una necesidad humana fundamental, ¿cómo el crear una vida en la que puedas prescindir de todos te acerca a la libertad? ¿Qué tiene esto que ver con el bienestar?¿Qué necesidades exactamente nos cubre la forma en que vivimos? ¿Cuántas nos arrebata? ¿Cuántas otras nos crea?

Quiero borra de mi mente la definición de libertad como sinónimos de individualismo. No quiero una libertad solo mía, a costa de la tuya. No a costa de pisaros a ti y a todo un país o cultura que no veo, del que no me hablan. No soy libre del todo si lo que me permite ser libre te lo prohíbe a ti. No quiero una libertad que solo busque hedonismo, todo para mí. No quiero ver a mis compañerxs como rivales. No existe un solo primer puesto premiado. Hay puestos para todos, pero solo si la libertad es creada desde cero conjuntamente, y desde abajo. Repensada y reescrita. Con nuevas reglas. Si aspiramos a la libertad de todxs y no nos usamos en momentos puntuales para la nuestra propia.

Si seguimos la corriente y creemos que debemos competir contra todos por conseguirla, su definición habrá ganado. Según la mía, ni tú ni yo lo seremos.

¡Qué bonito suena! Pero tengo que aprender a hacer todo esto, porque no me lo han enseñado.

Y como la mayor trampa es la propia mente, abrumada ya con definiciones engañosas, solo si cuestionamos la realidad conjuntamente, podemos vencerla. Sola no puedo.

Sola, no puedo ser libre.