Definitivamente mi hijo es otra cosa!

Después de dos semanas por fin se llegó el día definido, la cita con el dentista y aunque mi hijo en ningún momento estuvo emocionado porque le iban a poner gas y como en uno de los capítulos de ICarly pasan a Sam diciendo secretos y riéndose a carcajadas pues mi muñeco pensaba que el se pondría igual, y al final no estuvo tan divertido como el pensaba sin embargo quedé sorprendida por lo fuerte y maduro que es puesto que en ningúm momento se puso nervioso, se dió cuenta que no iba a tener ninguna experiencia placentera pero mantuvo su buen humor y pacientemente esperó hasta que todo terminara y la verdad me siento infinitamente orgullosa por verlo tan sereno que me parece que afortunadamente no me necesita para triunfar en esta vida y me da gusto ver eso. El tratamiento fue difícil porque le tenían que aplicar dos coronas, duró aproximadamente una hora y media y al salir sólo me dijo que entendía por qué era necesario asearse su boca a diario y que esto no le volvería a suceder. No le tuve que decir ¨te lo dije¨, él mismo lo comprendió. No me agrada que aprenda sus lecciones de sus errores porque eso significa sufrir, pero me da gusto que después de superar un sufrimiento se comprometa con sigo mismo para no volver a caer.