Parece ser que parece. En diciembre llega la secuela ("in illo tempore") de uno de los hitos del fantástico moderno: "Tron". Una película que, aun 28 años más tarde, deja un regusto raro por su temática (es el origen del ciberpunk ¡qué fuerte!), su guión (¿un sueño?, ¿una ilusión?, ¿una pesadilla?, ¿una alucinación?, ¿una premonición?), su realización (solo cinco pelis en el haber de Steven Lisberger), su interpretación (Jeff Bridges tiene una carrera tan larga como dispar y este no es su peor papel, por cierto), sus efectos (Disney siempre investigando, afortunadamente).