Revista Literatura

Dejar "todo" por amor es de gilipollas

Publicado el 04 noviembre 2014 por Mediasmentiras @mediasmentiras

No compensa, me da igual lo que me digáis, me da igual las explicaciones con el corazón en la mano, con lágrimas en la cara, por mucha pasión que pongas en ello: si renunciáis a vuestros sueños por los de otro sois unos completos gilipollas.
Digo renunciar, no digo ceder en cosas.
Una de las causas que compruebo en personas casadas es la frustración por no haber conseguido la auto-realización. Decidieron apostar por seguir los sueños de su pareja y dejaron aparcados sine die los suyos.
Cuando el amor se acaba se echa la mirada atrás y vienen los lloros y los arrepentimientos, la constatación de no haber vivido.
-"¿Y qué voy a hacer yo ahora?"- se preguntan
- "vivir"- contesto.
¿Es vida aceptar el papel de gregario, de Geisha, de aguador, de actor secundario, de "acompañante"?
En algunos casos sí, hay gente que se mueve por intereses monetarios (por ejemplo), se acepta, se renuncia a la lucha, se busca consuelo en medicamentos, televisión y en la depresión. En otros casos dan el "golpe en la mesa" y deciden "romper la baraja", se plantan y deciden vivir su vida...porque solo hay una.
¿Tenemos que regalar nuestra vida a otros? ¿es bueno cambiar libertad por dependencia? ¿nos queremos tan poco? ¿somos tan estúpidos?
Los tiempos cambias, las redes sociales aparecieron con patada en la puerta y nos abrieron caminos que estaban llenos de follaje, malas hierbas, plantas grandes que llenaban de oscuridad vuestras vidas.
Hay algo más que el círculo de confort que os hace comer caliente y dormir con alguien que no ha sido suficientemente generoso de renunciar a sus sueños, de ceder un ápice, porque había un gilipollas que ya lo hacía.
Vivir la vida de los otros siempre me parecerá de suma torpeza.
Entiendo que haya que ceder en cosas por los hijos, pero por una pareja cambiar sueños y felicidad por rutina y polvo los sábados por la noche me parece triste.
Y luego llegan las dudas, los cuernos, las rupturas, las discusiones, los golpes, el "echarse en cara" lo que se dejó por el otro, las custodias compartidas y las renovaciones de curriculums que teníamos obsoletos en un cajón.
Libertad, preciosa palabra.
El otro día hablaba con una escritora (a la que quiero, admiro y aprecio) sobre la manera de concebir la pareja.  Tonto de mi, estaba equivocado creyendo que esto era sota, caballo y rey pero ella me ilustró, cubrió mi ignorancia con un manto de naturalidad, de ideas claras y seguras que me hizo envidiar la claridad de mentes suya y de su pareja, vi amor de verdad, loable.
Los sueños hay que conservarlos siempre, hay que ser capaces de realizarlos independientemente del estado civil.
Si eres de los que has renunciado a tu vida por la de tu pareja, si eres infeliz y no te atreves a revelarte, si lloras en silencio cuando estás a solas y no haces nada...no te tengo pena, te lo repito, eres y has sido gilipollas.
Cambia el rumbo, mírate al espejo y si ves que envejeces a pasos agigantados no lo dudes, rompe las cadenas. Mírate dentro, si no te gusta lo que hay tienes que cambiar.
Hay que ser libres, hay que ser egoístas y saber compartir sueños, hay que seguir soñando.
Amad, compartid, pero no seáis muertos en vida por haberos quedado sin ilusiones. No seáis gilipollas.

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