Odié...
El zumbido de mi cabeza que comenzaba a llenarse de toda esa información, incomprendida en otra lengua. La impotencia de querer entender y a la vez no entender nada, jugaban una carrera infinita donde ninguna, quería ganar.
Amé...
El encontrarme con una cocina divina...y la pastelería tratada como un arte.
Odié...
Tener que aprender de memoria, la oración..."Bonjour*, s'il vous plait*et merci*- bon soirée*para comprar una baguette.
Amé...
El sol de verano que amanecía temprano y daba su último suspiro a las 23h.
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