Revista Literatura
Dada la interrupción brusca y triste de la Semana Santa en Sevilla -mi ciudad-, retomo antes de lo previsto esta cita con las letras para desfogar un poco y quitarme algo de peso acumulado...
He leído "Mientras escribo" de Stephen King: un libro-guía para saber cómo hacer con las letras, los párrafos, las ideas y los sentimientos a la hora de sentarse a escribir. Me ha gustado y mucho. Tengo, por otra parte, una discusión en LinkedIn con el grupo "Autores ayudando a Autores", basada en la lectura de los "grandes", por no saber a ciencia cierta quién puede considerarse o no de tal tamaño.
Pienso que la escritura, los gustos, son tan subjetivos que nadie puede definir a nadie de forma categórica, salvo para sí mismo. De todos modos, intento aprender -para poder opinar si es el caso- y por ello mismo mi lectura presente es Jorge Luís Borges y sus Cuentos. Mucho me temo que entenderé poco... pero eso es problema únicamente mío.
Al mismo tiempo, sigo revisando los Cuentos propios y voy despacio para no cometer errores excesivamente llamativos. Leer y escribir mucho es la máxima de cualquier principiante a escritor -también del consagrado- que se tenga por tal. A mí me cuesta un poco más, por aquello de no ser un trabajo remunerado -hasta su fin- y tener demasiadas obligaciones y distracciones a mis espaldas, pero eso es un problema también únicamente mío.
Envidio a King, y supongo que a muchos otros, que pueden encerrarse durante horas en una habitación y olvidarse del mundo real, para concentrarse en su mundo fantástico. Pero para eso, supongo, hará falta más tiempo, más comprensión... y más colaboración. Todo se andará.
Y hablando del desfogue, aquí dejo unos cuantos apuntes breves, con el añadido de Bien o Mal, según le parecen -exclusivamente- a una servidora. Nada tienen que ver entre sí, pero como dije al principio de este post, necesito dejarlo por escrito para seguir adelante. Gracias y disculpad: probablemente haya pocos lectores de acuerdo conmigo, pero una es así de políticamente incorrecta.
-Hablar o escribir en un idioma que sólo usas tú en tu casa, región o comunidad para que la plebe no pueda entenderte, demostrar cuánto sabes, y de paso hacerlos sentir de un modo inferior, es propio de personas con mala educación y grandes dosis de esnobismo. No sólo no se consigue el efecto pretendido, sino que se retrata uno a sí mismo con los peores pinceles que puedan existir. El resultado es un garabato infantil ininteligible. Por tanto, MAL.
-Criticar todo avance y progreso en construcción, sólo porque el gobierno que lo ordena no es de nuestro color político, tampoco dice mucho sobre nuestra objetividad a la hora de enjuiciar trabajos ajenos. Rompo desde aquí una lanza -y me juego el cuello- a favor del Metropol Parasol y la Torre Pelli. Sevilla puede conservar su aspecto clásico sin menoscabo de ir forjándose otra imagen paralela más actual y moderna, para generaciones menos rancias y tópicas. No seamos antiguos y no llamemos adefesio a todo lo que nuestra vista no alcance. En Nueva York, la Catedral de San Patricio, de estilo neogótico, se encuentra rodeada de rascacielos y -que yo sepa- aún no ha muerto ningún norteamericano por ello... Por tanto, BIEN.
-El Parque de María Luisa, deteriorado hasta provocar lágrimas en quien lo contemplaba, ha sido por fin restaurado y puesto a punto, con coches de vigilancia incluidos en el programa. Al margen de que esta humilde escribana jamás comprenda el vandalismo callejero que a nadie favorece y que, en mi opinión, mereciera más duro castigo que el actual, invito a todo el que pueda recalar en Sevilla en estas fechas de primavera, a dar un paseo por sus calles y recodos. Y si el bolsillo lo permite, que el garbeo sea en coche de caballos... es lo más romántico y bello que la ciudad del Guadalquivir puede ofrecer a una pareja aún sin marchitar. Como broche, unas fotos en su Plaza de España y en la Glorieta de Bécquer. ¿Qué puede haber más apropiado para el amor sin fin...? Sin duda, BIEN.
-Pitar, abuchear, y enseñar sin pudor alguno los traseros en un espectáculo tan importante -independientemente de los gustos- como es la Final de la Copa del Rey, con Sus Majestades y demás personalidades allí presentes, protestando por no se sabe muy bien qué (si no estás de acuerdo, sé coherente y no juegues ni luches por ese trofeo...), en vez de mostrar respeto y -con ello- dejar en buen lugar a esa tu Comunidad tan eficiente como arrogante, no sé decir de qué es propio... Creo que no hubiera sido de recibo que ese Monarca humillado (es un pretender), se viera en la tesitura de entregar su Copa a semejante tropa, que ni siquiera lo reconoce como tal. Es la Copa del Rey, señores, entérense... A esto, lógicamente, MAL.
-Y un apunte último que haría con mucho gusto, lo omitiré en bien de la amistad y/o convivencia virtual. Sé que no sería así por la otra parte, pero eso no me justifica a mí para obrar igual. La madurez, por desgracia, no es algo que sobrevenga con la edad... hay quien muere crío a los 90 años. Sólo aspiro a no formar parte de ese grupo.
P.S.: Y seguimos trabajando...