Revista Diario

Del carmelo a alaska

Publicado el 16 febrero 2010 por Quique
DEL CARMELO A ALASKA
Alaska, 16 de febrero de 2010,
Querido R,Era a principios de los setenta y tú eras muy pequeño. Los niños del Carmelo jugábamos al bote o al escondite entre las barracas, matábamos ratas a pedradas y cazábamos lagartijas. Recuerdo que si te quedabas con la cola arrancada entre los dedos y la cola se retorcía ( se retorcía siempre), es que te estaba llamando hijo de puta, y tenías que rematarla hasta que parara. No era parte de un ritual, ¡que va!, nos lo creíamos a pie juntillas, como se cree en los reyes magos. Como creíamos en la mano negra que salía del fondo de la taza del water en el cole para agarrarte por los huevos. Espiábamos a parejas besándose en las esquinas, jugábamos a las canicas, al trompo, a construir escopetas con una madera, una pinza y balines de papel que te podían sacar un ojo. Nos tirábamos por la calle de los alemanes con artilugios de madera y rodamientos, a fútbol con pelotas de plástico y a guerras a pedradas. Celebrábamos el día de la tortilla en la Montaña Pelada, haciamos incursiones a la Plaza del Ángel, veiamos jugar al Baronense y cazábamos renacuajos en el Parque Güell.Estarás de acuerdo en que los niños del Carmelo éramos, en general, felices, casi ajenos a un país miserable que exprimía a nuestros padres y que no sabia dónde meternos.
En nuestro cole, el Sagrado Corazón de Jesús, yo estaba a punto de pasar de la clase B a la clase A, de la de los tontos a la de los listos, por culpa de mi buen nivel de lectura. Era el libro El viejo tren, con el que empezamos a leer y que tú has recuperado hace poco gracias a eBay. Es la primera cosa que recuerdo haber leído. Recuerdo, y es imposible que la memoria me engañe en eso, que me sumergía en aquel paisaje de raíles abandonados y trenes que hablaban como se sumerge Jake Sully con su avatar en el mundo de Pandora.
El impulso de escribir vino mucho después, seguramente con las novelas de Marcial La Fuente Estefanía que traía papá a casa. Mi primera página de entonces narra como un pistolero (él), alto y delgado, llena de agujeros a un tipo que caía encima de un montón de sillas de saloon.
Luego vinieron los tebeos. Hubo una época en que pensaba que ser adulto era convertirse en un imbecil que no quiere seguir leyendo tebeos. Un tiempo en que las páginas escritas de los libros de Bruguera sólo eran un estorbo para seguir a Julio Verne en viñetas. Yo no. Yo, cuando fuera grande, seguiría leyendo tebeos, que era donde estaba la felicidad.De grande, efectivamente, leí casi todo lo que había que leer. Y de más grande he seguido leyendo lo que me ha dado la gana. Cuando veo a mamá tirarse horas enteras con El País creo que debe de haber algo genético en todo esto. O quizás no. ¿Tú que opinas?. Sea como sea, un mal que no tiene cura.
Lo de escribir no lo he practicado tanto. Algunos cuentos y obras de teatro. Aunque ya sabes que los dos últimos años los he dedicado a escribir este blog con una regularidad que me sorprende. Te escribo fundamentalmente por eso, aunque haya necesitado este largo preámbulo. Porque creo que ya es hora de que desvelemos a los lectores una historia muy curiosa relacionada con este blog y que muy pocas personas conocen. Verán:
En el año 2006, mi hermano y yo, junto con Manuel Martinez e Inés Pastor, fundamos la compañía de teatro Factoría Los Sánchez. El nombre era toda una declaración de principios. Porque lossánchez, sus idas y venidas, su guasa, sus manías y sus fobias, sus infancias en el Carmelo y sus chascarrillos, son el germen de nuestras obras de teatro. Ese mismo año estrenamos en el Teatro Principal de Castellón nuestra primera obra: El hombre que intentó cruzar el Titicaca. Una locura sancheziana. Nuestra siguiente obra, en 2008, fue El Candidato, escrita por Rafa y yo, mano a mano. Una obra sobre los políticos que fue un éxito de  crítica.
Hasta entonces yo había escrito sólo un par de cosas sobre mi profesión (De cómo hablamos y el Diario de un educador), pero a la vuelta de un viaje por Sicilia, donde tomé notas sobre la relacion entre la política y la mafia que luego me servirían para escribir El Candidato, comienzo a escribir este blog.El nombre del blog fue muy sencillo de encontrar. Robé la idea de una de mis series favoritas: Doctor en Alaska. Título, además, que permitía centrarme en mis reflexiones y experiencias sin necesidad de situarlas en un lugar concreto. En una representación en Reus, un educador me preguntó si Alaska era una metáfora de la soledad y el frío. La soledad del educador, mmmm. Bonito. Pero no, la realidad, como ven, fue mucho más prosaica. También decidí preservar mi anonimato, y utilicé el seudónimo de Quique. Me he acostumbrado tanto al nombre que no me importaría seguir siendo Quique para ustedes.
Un día le dije a mi hermano que había descubierto el blog de un educador, un tal Quique, y que le echara un vistazo. A pesar de que Rafa es un tio muy sincero, quería saber su opinión sin ningún condicionante. A ver que pasaba. A Rafa le gustó el blog. Le gustó mucho. Le gustó tanto que el muy burro pensó enseguida que la compañía debía de llevarlo a los escenarios. Pero Rafa tenía un pequeño problema de lealtad. Hasta ahora yo había escrito las dos obras de la compañía y, aunque ni tenía ni quería ninguna exclusividad sobre el particular, parecía razonable que  me ocupara también de la tercera. O eso pensaba él. ¿Cómo le decía a su hermano, a mí, que nuestra tercera obra iba a ser la obra de otro, de un tal Quique, de un educador de Extremadura, o de Alaska, o vete a saber de dónde? Y, para más inri, ¡una obra sobre mi profesión!. Con la de veces que yo le había dado la lata con la educación social. Oh, la, la, ¡ Alta Traición!. En fin, tampoco es que fuera para tanto. Cosas de los Sánchez.
Pasaron un par de meses. Yo pasándomelo pipa, sin desvelar la verdadera identidad de Quique, y Rafa sin saber como decirme que había encontrado a Otro. En fin, que la tragedia shakespeariana se convirtió en comedía española cuando destapamos nuestros secretos casi al unísono. Los dos tan contentos, aunque yo un poco mosqueado. No sabía si alegrarme de que a Rafa le gustara el texto o sentir celos de ese tal Quique.He de decir que tardé bastante en convencerme de que este texto podía ser carne de escenario y que machaqué a mi hermano durante un tiempo con mis dudas. Yo le llamaba y le decía : ¿pero Rafa, estás seguro? a lo que él contestaba invariablemente: ¡que sí pesao! Yo no veía teatro por ningún lado, ni tampoco veía el interés que podían tener mis historias para el público.
En fin, esa es la verdadera historia de un blog destinado a un uso muy particular que se convirtió en una obra de teatro que está recorriendo con éxito media España.
El tiempo te ha dado la razón. 
Foto: Parque Huerquehue. Chile, 2000 http://factorialossanchez.blogspot.com

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