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Del "Contrato Social" de Rosseau a "El contrato: Yo acepto"

Publicado el 11 septiembre 2011 por Sosylos @sosylos
Del
Jean Jacques Rosseau en 1762 publicó "Del Contrato Social o Pincipios del Derecho Político". En esos cuatro libros emite una serie de reflexiones en forma de máximas con las que pretende que el individuo piense por sí mismo y sea capaz de despertar una conciencia (que hoy llamaríamos de "masas") para que cualquiera de nosotros podamos decidir libremente vivir en una sociedad o comunidad de iguales donde el Estado de derecho asegure las libertades propias e intrínsecas de todos y cada uno de nosotros.

Un contrato, cómo lo define la RAE, es un Pacto o convenio, oral o escrito, entre partes que se obligan sobre materia o cosa determinada, y a cuyo cumplimiento pueden ser compelidas (obligadas por la fuerza o la autoridad). La base del "contrato social" que nos ofrece Rosseau se basa en la voluntad libre y consciente de cada uno de de nosotros, cómo individuos, para formar parte de algo mucho mayor y que al fin y al cabo nos proporcionaría esos valores que cualquier ordenamiento jurídico atesora cómo "supremos" o "básicos" cómo la libertad, la igualdad, fraternidad, pluralismo político, justicia, seguridad, ...


Doscientos cuarenta y un años después de este manifiesto de Rosseau apareció un texto en varias radios del mundo (el 11 de septiembre de 2003) de forma anónima y que se denominó "El contrato: Yo acepto", en el que se hace un repaso a modo ensayístico dialogado sobre lo que asumimos/firmamos todos, cada mañana un New Brave World (o cómo fue traducido "Un mundo feliz" de Aldous Huxley) pero no cómo los peligros de un futuro, sino de un presente cercano y cotidiano que continua cada mañana. No se trata a mi modo de ver en erigirse seguidor de un grupo de pertenencia (sea el que sea) y por lo tanto quedarse en la seguridad y comodidad que te proporciona ese grupo, o en acabar con el mobiliario urbano cómo principio y fin de la protesta.

Si ser humano significa "Socializar y ser socializado" únicamente pretendo transmitir una reflexión para que cada uno a su vez lo lleve a cabo. No se trata de aculturar o ser aculturado, ni siquiera de llegar a la cúspide de la autorealización que definió Maxwell, o no cumplir sus primeros estadios, o "Pienso, luego me indigno" simplemente que cada uno piense y decida por sí mismo. Y por supuesto y no menos importante "respete" lo que piensan y decidan los demás, siempre y cuando a su vez estos "respeten" lo que uno piense.Chema García


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