Aun quedan algunos propietarios del silenciomezclados con los ecos de los que repican al airesu voz más formidable;verdades de los ahogadostrágicamente insepultas.A veces encuentran trincherasen los muros de sus casas,dividiendo la mitomanía colectivade las sombras anudadasa las esquinas,como si vivir fuerauna batalla eterna.Sorpresa la de éste mundodel que desconfían los humanosy en el que las miseriasazotan el horizonte.Como peregrinos tristeso al menos, muy cansados,van los hombres detrás desus dioses, alabandopromesas que ya no creen.Sorpresa de la éste mundodondellorar, reír, es sólo un instantepara los caídos,para los que noche a nocherodamosente el hades y el olimpo.
© Susana Inés NicoliniSue_* ® 2015#SafeCreative
(Foto: Vadim Stein)