Magazine

Demócrito.

Publicado el 20 octubre 2011 por Alfredo

Demócrito.
Leucipo y su compañero Demócrito sostuvieron que los elementos son lo lleno y lo vacío, a los cuales llamaron ser y no ser, respectivamente. El ser es lleno y sólido; el no ser es vacío y sutil. Como el vacío existe no menos que el cuerpo, se sigue que el no ser existe no menos que el ser. Juntos los dos, constituyen las causas materiales de las cosas existentes. Y así como quienes hacen una sola la sustancia fundamental, derivan las otras cosas de las modificaciones sufridas por aquella, y postulan la rarefacción y la condensación como origen de tales modificaciones, así también estos hombres decían que las diferencias entre los átomos son las causas que producen las otras cosas. Según ellos, dichas diferencias son tres: forma, orden y posición; el ser, dicen, sólo difiere en ritmo, contacto y revolución; ritmo corresponde a la forma, contacto al orden y revolución a la posición: porque A difiere de N en la forma, como AN de NA en el orden y Z de N en la posición. (Aristóteles, Metafísica A 4, 985b4)
Demócrito.
Éstos (Leucipo, Demócrito y Epicuro) decían que los primeros principios son innúmeros; creían que eran átomos indivisibles e impasibles, debido a su naturaleza compacta y su carencia de vacío, y afirmaban que su divisibilidad les viene del vacío existente en los cuerpos compuestos... Estos átomos se mueven en el vacío infinito, separados unos de otros y diferentes entre sí en figuras, tamaños, posición y orden; al sorprenderse unos a otros colisionan y algunos son expulsados mediante sacudidas al azar en cualquier dirección, mientras que otros, entrelazándose mutuamente en consonancia con la congruencia de sus figuras, tamaños, posiciones y ordenamientos, se mantienen unidos y así originan el nacimiento de los cuerpos compuestos. (Simplicio, De caelo, 242)
Demócrito afirma que el alma es un cierto tipo de fuego o elemento caliente. A los átomos de forma esférica se les llama fuego y alma ­como esas motas suspendidas en el aire y que aparecen cuando los rayos de sol se filtran por las ventanas­; los átomos esféricos son alma porque por su estructura son capaces de atravesarlo todo y de moverlo todo y ellos mismos están en movimiento. […] De donde se supone que esa frontera del vivir está en la respiración. (Aristóteles: Del alma, I, 404a 1-10)
Leucipo de Elea o de Mileto ­pues de los dos sitios se dice que era­ estuvo en contacto con la filosofía de Parménides, pero no siguió, con respecto a los seres, su mismo camino, ni el de Jenófanes, sino que, por lo que parece, más bien el contrario. Pues mientras que aquéllos consideraban al todo, uno, inmóvil, increado y limitado, y no consintieron la búsqueda de lo que no es, Leucipo sostuvo que hay infinitos elementos ­los átomos­ siempre en movimiento, añadiendo que sus formas son infinitas y que no hay razón para que un átomo tenga una forma y no otra, al darse cuenta de que la génesis y el cambio de los seres era incesante. Afirmó además que el no-ser existe tanto como el ser y que ambos son causa de las cosas que llegan a ser. Supuso que la naturaleza de los átomos era compacta y plena y que eso era el ser. Esos átomos se movían en el vacío, que llamaban el no-ser. De la misma manera su compañero Demócrito de Abdera estableció como principios lo lleno y lo vacío. (Teofrasto, DK 67A8)

Demócrito.

También podría interesarte :

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Quizás te interesen los siguientes artículos :