Avanza todo demasiado rápido o tal vez perdí el compás. Siento que no me detuve, al menos no tanto como hubiera deseado. Y no la alcanzo. Me observo estancada entre dos aguas y no soy capaz de salir para correr tras ella, ni tampoco de remolcar al resto. No puedo detenerme a explicar. Cada segundo importa. Dejaré mis manos enlazadas para no perdernos del todo. Dejaré un rastro de pan, o de flores, o de aquello que le gustase seguir y ahora no logro recordar. Sé que haría falta un paréntesis para trazar un plan, pero si nos sentamos a ello, tal vez la perdamos de vista y ya se requiera otro nuevo.Continúo aquí en medio. A veces con calor, ¿puede alguien dormir a ese volcán, por favor? A veces helada de frío. O miedo, ¿alguien me presta un abrazo? Gracias, con un segundo tengo bastante, temo que vaya a quedarme grande. Intuyo que algo se rompe y me pregunto hasta dónde alcanza la brecha. Ella sigue avanzando y no puedo ver cómo la acompañan. Cuando vuelve a mí, ya ha cambiado. Y ese cambio se paga caro."No corras tanto", le susurro. "No corras tanto, por favor, me gusta verte" "No corras tanto, es importante que aún uses mis ojos, que te guíen mis manos" “Aguarda, cuéntame” "¡No corras tanto!" Grito al final para nadie Vuelvo la vista hacia atrás.
"Vamos, se aleja". "Tenemos que hablar, algo me preocupa" “¿te has dado cuenta?" “Duermo mal, esto no me gusta" Hay que...hay que... hay que... Y aquí en mitad, con una criatura colmada de amor asida a mí, procuro mantener el equilibrio. Y aquí en mitad, trato de no olvidar que también yo existo.Shhh... no interrumpáis, estoy tratando de llegar a todo.
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