Nos lamentamos, hipócritas, de no haberlo visto venir. Ningún miembro del equipo médico entendimos las señales y optamos por recetarle fármacos. Esos sueños angustiosos con la muerte visitándole en forma de atún o ese impertérrito olor a pescado debieron prevenirnos del fenómeno…
El hedor a descomposición alertó a los vecinos, que pusieron el asunto en manos de las autoridades. La policía emitió tan solo un breve comunicado en el que constataban que, en el domicilio del desaparecido, fue hallado un pez de enormes proporciones a pocos metros de una jarra de agua y de un blíster vacío de pastillas.
Los padres continúan inundando el barrio de carteles.