Cuando sobra la piel,
no hay caricia que se ajuste a un alma rota.
Atada por el yugo entre mis pies
lloraban mis sueños, para morir después.
Donde ayer se apagaron las estrellas,
hoy me bordan las flores de tus labios.
Vuelo ligera, como nube arropada por el viento,
entre tus brazos.
Camino descalza, siguiendo el ritmo agitado de tu cuerpo.
Me visto de ti, enredada entre tu pelo alborotado,
bebiendo de tu piel, abrazando ese espacio sagrado donde bailo…
© Nur C. Mallart
Colaboración para Salto al Reverso