Su cara palideció, su corazón se abrazó fuerte a su pecho, como queriendo escapar de su humanidad, ahora desconcertado.
Eusebio caminó presurosamente, hacia el lobby del hotel. Detrás de la chica con cabellos rojos, e imponente presencia, era ella, sin duda la chica que arrastró sus pies hasta aquel apartado lugar.
La chica subió rápidamente a la camioneta color blanco con vidrios oscuros, estacionada frente al hotel. Él, se detuvo desesperado y maniatado. Se puso la mano en la frente, dejándola deslizar sobre sus cabellos, giró sobre sus talones dándole la espalda a la camioneta, que arrancó a gran velocidad.
Eusebio se vio derrotado, pero no vencido, hizo un gesto de saludo al vigilante del hotel, quien había sido espectador de aquella extraña escena.
Se fue hasta la terraza frente a la piscina, saliendo y descansando del shock que acababa de soportar.
De su mejilla rodó una lágrima, que discretamente limpió con sus manos.
Se acomodó en una de las sillas de la terraza descansando su cuerpo, estiró sus piernas, cerró sus ojos, dejando que la brisa arrullara su cuerpo, ahora parecía más tranquilo, la angustia antes experimentada, abandonaba pacientemente su cuerpo, mientras él entraba en el oscuro túnel del tiempo, de vuelta al inicio de esta historia.
Por:
MARjorie