Minecraft tiene unos gráficos muy pobres, podríamos decir de las consolas de los años 80 y 90. Aún así, aporta un diseño y atractivo tan elevados que lo convierte en un valor más que positivo, siendo éste uno de sus puntos fuertes.
Por otra parte, cuando comienzas la partida, estás en un mundo lo suficientemente grande como para no acabártelo. Eres un náufrago y te lo has de trabajar todo, tu refugio, comida, herramientas, armamento, todo.
Si quieres sobrevivir a los ataques nocturnos, más vale que tengas un refugio.
Entre recolección de semillas, recogida de plantaciones, preparación de comidas, cuevas y minas que cavar para obtener los minerales necesarios para diferentes herramientas y mejoras, como rastreo del mapa, controlar el día y la noche para evitar a los zombies, esqueletos, arañas gigantes, creepers, slimme, ghast, etc. Además de animales para tu propia granja o alimento, tendrás que encontrar tiempo para construir el portal al infierno, sí, has leído bien, al mismísimo infierno llamado The Nether.
Un dato técnico muy curioso es que el juego ocupa menos de 1MB. ¿Cómo es posible? Gracias a las texturas tan básicas es posible.
Otra de las curiosidades es que de igual modo que puedes jugar solo, también puedes jugar con otros jugadores en servidores, compartiendo el mismo mundo. Y con la última actualización, puedes compartir tu mundo actual para que se añadan jugadores.
En 2009 comenzó su andadura con la versión Classic pública y a finales de 2011 se hizo pública la versión final y estable de Minecraft. El precio actual es de menos de 20€ y tendrás un juego para mucho tiempo.
Se basa en la tecnología java por lo que prácticamente funciona en entornos Windows, Linux, iOS y sus respectivas versiones para Android, iPhone y Xbox.
Si quieres más información, dirígete a la web oficial de Minecraft y a la Wikipedia. Aunque una vez dentro del mundo Minecraft, te recomiendo estas dos wikis: Minecraft wiki y Minecraftwiki.es.