Desde ese momento, Florentino Ariza la vio con otros ojos. También para ella
pasaban los años. Su naturaleza feraz se marchitaba sin gloria, su amor se demoraba en
sollozos, y sus párpados empezaban a mostrar la sombra de las viejas amarguras. Era
una flor de ayer. Además, en la furia de la derrota había descuidado la cuenta de sus
brandis. No estaba en su noche: mientras comían el arroz de coco recalentado, trató de
establecer cuál había sido la contribución de cada uno en el poema derrotado’ para saber
cuántos pétalos de la Orquídea de Oro les habría correspondido a cada quien. No era la
primera vez que se entretenían en torneos bizantinos, pero él aprovechó la ocasión para
respirar por la herida recién abierta, y se enredaron en una disputa mezquina que les
revolvió a ambos los rencores de casi cinco años de amor dividido.
Gabriel Garcia Marques El amor en los tiempos del colera
Publicado por: gogolEtiquetas: Cuentos, Palabras de amor