He estado leyendo "Teoría estética", de Theodor Adorno. Hace años que no leía un libro, digamos "no ligero", y este ejercicio ha hecho evidente mi dejadez con la memoria: tengo que releer varias páginas cada vez que vuelvo a la lectura, porque no recuerdo "en qué estábamos".
Cuando dejé de dar clases, dejé de poner atención a la información, como si algo en mi mente se hubiera declarado en vacaciones. Con el embarazo, algo en mis hormonas azuzó al monstruo come memoria, y la cosa empeoró. Antes de que la niña empiece a preguntar por qué el cielo es azul, voy a recuperar mis capacidades.
Silvia Parque