Creo que una de las cosas que menos me gusta del otoño invierno es que te conviertes en una cebolla andante. Capas y capas que, en cuanto entras en un sitio cerrado, te tienes que poner y quitar con una destreza brutal en tiempo récord. Cuando uno está en el sofá de casa, con los patucos, el pijama de felpa y la mantita por encima, la mente ronronea como si fueras un gatito... Lo más importante del invierno no es la cantidad de capas que te tienes que poner encima, si no la cantidad de abrazos que recibirás. En invierno es cuando más abrazos solemos dar, para arropar a la otra persona que tiene frió, parecerá una tontería que hable de los abrazos y esas cosas pero es la mejor estación del año para saber quien nos quiere de verdad y si estaría dispuesto a darnos ese merecido abrazo que tanto necesitamos.
Es necesario dar abrazos, hoy en día la gente suele dar muy pocos abrazos y posiblemente sea más importante dar abrazos que decir te quiero. Esos te quiero que se convierten en polvo cuando dejas a tu pareja, esos que se esfuman y se van... Y esos otros que según de que personas vengan quedan guardado bajo llave en lo más profundo de tu corazón. Hacer un hueco en tu armario para poner las cosas de invierno, los jerseys, las camisetas de manga larga, los abrigos, las sudaderas... Y darte cuenta que ya ha terminado el verano cuando te tienes que poner una capa de más encima, cuando ya no aguantas que te metan las manos frías por la espalda y te da ese escalofrío que te recorre todo el cuerpo. Desempolvamos el abrigo del trastero, lo lavamos y lo colgamos en una percha porque sabes que dentro de poco lo vas a utilizar. Sentir tus pies congelados, y tener que ponerte calcetines de lana, poner unas sabanas más gruesas, o incluso el nórdico porque aun que no lo creáis soy friolera pero cuando tengo calor doy el coñazo bastante. Ups! Pican a la puerta.... Después de está pausa, continuo. No exagero cuando digo que hace frió, no me congelo pero un poquito de rasca si que hace. A mi lo que más pereza me da del invierno, es sacar el abrigo del otro armario, y empezar a poner las cosas de invierno en el mio, no puedo con eso. Igual que con lo que tampoco puedo, es que mis pies descalzos toquen el suelo frió, o lavar los platos con agua fría, o beber algo frió... A parte que me gusta muchísimo el invierno, lo que más me gusta es que siempre puedo sacar fotografías con mi cámara nikon que es una delicia. Alguna subiré al blog, y a mi instagram quien sabe.. De aquí que las haga tiene que llover mucho. Los tejanos y los leggins son lo que me suele poner más a menudo, es cómodo pero elegante a su misma vez. Os voy a contar un secreto... No me gusta llevar tacones de aguja, todo lo que sea tacón de madera, o plataforma si, pero de aguja, para según que ocasión. Así que no desperdiciéis el otoño invierno y digáis que tiene todo lo malo, porque hace frió, dar más abrazos, y muchos más besos.