Siempre esperando a que el destino nos traiga algo nuevo,
quizás bueno, quizás malo, pero algo distinto
para sacarnos de la rutina diaria,
del pozo en el que estamos,
de la desidia.
Siempre deseando que mañana el horizonte nos ofrezca algo,
que el futuro no sea tan malo como el pasado,
para convencernos de que hay que seguir viviendo,
en el pozo en el que estamos,
en la nada.