“Nos reímos de la moda de ayer, pero nos emocionamos con la de antes de ayer, cuando está en vía de convertirse en la de mañana” (Marlene Dietrich)
Hace un par de semanas tuve el placer de asistir al desfile de Javier Barrio y a pesar de haber tardado en publicar las fotos, por fin os las muestro.
El lugar escogido fue el Dux, un local conocido de Sanxenxo. Puedo decir que yo no hubiese encontrado un lugar mejor, no sé si por el estilo del local propiamente, las luces… o el ambiente en general. Quizás para mí el punto en contra fue el siguiente: el trazado del desfile no permitía a quienes se sentaban del otro lado de la barra central ver el show desde la mejor posición. Por lo demás, un diez.
La inspiración del diseñador giraba en torno a los años 30 en la Costa Azul. Con lo cual, como ya podréis imaginar, la noche nos hizo soñar y visionar a la mujer cargada de sensualidad y feminidad dispuesta a comerse el mundo y hacer que las miradas de otros se volteen a su paso. Distintos cortes de largo, colores idóneos, telas vaporosas que daban ganas de flotar entre pliegos, brocados de detalles sinfín y paillettes que jugaban con las luces del entorno… podrían ser junto a plumas y sedas, solo una mínima parte de las pinceladas protagonistas de la noche. Los escotes en V y las cuidadas espaldas llamaban a una mujer firme y segura de sí misma, paso a paso conquistando el desfile.
En cuanto a tema fotográfico, confieso que yo y mi recién estrenado flash nos volvimos locos. Si bien el juego de luces y sombras era precioso a la vista, ante la cámara se convirtió en un auténtico reto el poder realizar las capturas. Junto con el tener que aumentar el ISO hasta una media de 800 sin tener que lamentar las aberraciones de ruido (que en algunas fotos podréis claramente ver)… fue sin duda lo peor. A pesar de viento y marea, disfruté muchísimo de la experiencia y el reto que me supuso afrontar las condiciones lumínicas. En interior y sin luces que me echaran una mano, el diafragma sin embargo lo mantuve a medias, junto con una obturación rápida que vino dada por la velocidad de algunas modelos que sin duda luchaban a contrarreloj por cumplir en tiempo y hora la programación.
Consejitos. Si bien el flash ayuda lo suyo a la hora de fotografiar en una pasarela, no hay que olvidar que las tomas son a modelos, las cuales tienen que pasar bajo la daga de en ocasiones decenas de flashes, con lo cual… si podéis evitar cegar a ráfagas de flash a las pobres, mejor que mejor. También es importante la posición desde la que sacamos las tomas, si vemos que no nos satisface el resultado tras distintos pases, antes de quejarse de que no nos hallábamos en buen sitio… moverse a otro sitio es la solución más rápida y lógica. Sacar el máximo de perspectivas que nuestro emplazamiento nos permita, nos ayudará dentro de lo malo a conseguir mejor resultado, la ventaja de poder elegir siempre ayuda.
En cuanto a postproducción, como sabéis yo trabajo con Adobe Photoshop y de vez en cuando en Lightroom. En esta ocasión un sencillo ajuste de encuadre y de reducción de ruido, y por supuesto los ajustes básicos de niveles.
Como conclusión final, hablando de fotos, diré que aún tengo muchísimo por trabajar con el flash, digamos que aún no nos llevamos a la perfección… pero todo se andará. Ahora que por fin lo tengo, solo me queda practicar al máximo y así, espero pronto poder presentároslo.
En cuanto a conclusión del desfile, diré que fue increíble. Creo que es la palabra que mejor lo describe, y para poder reafirmarme os dejo con el diseño que cerró una velada de encanto.
Como siempre, mil gracias por estar a mi vera y leerme. Y a Andrea, por ser la mejor compañía. Siempre es un placer compartir momentos como este con todos vosotros. Y a pesar de mi abandono de publicaciones, os aseguro que estoy trabajando duro por mejor y estar lista para nuevos proyectos de los cuales me muero por contaros detalles. Pero lo bueno se hace esperar… con lo cual, confío en que valga la pena. Para acabar, una foto del diseñador en el carrusel final:
Foto y texto originales de Caroline A.N.