Dicen que es injusto esperar cosas de los demás. Que lo ideal es ese equilibrio perfecto entre no esperar nada y conformarte con lo que tienes. Que las decepciones son parte de la vida. Que no se puede tener todo ni vivir esperando.
Yo no lo pido todo, pero sí que necesito cosas. Soy humana, no una piedra, y está en mi naturaleza sentirme triste cuando esperaba algo y no lo obtengo. No lo puedo remediar; llamadme injusta y lo aceptaré.
Pero me conozco bastante bien y si algo tengo claro es que, con respecto a mi forma de ser y sentir, lo peor llega cuando dejo de esperar nada. Cuando ya me da igual. Cuando acabo por ponerme el traje de plumas de "me resbala" y también dejo de preocuparme por hacer feliz a los demás. No se hacen las cosas para recibir nada a cambio, pero el alma no se riega con hamburguesas y, al final, si no recibes ni una mínima parte de lo que das o necesitas, se mustia.
Y cuando la muerte alcanza a mi ilusión... llega la nada. Y esa sí que es injusta.