y nos fuimos quedando con lo necesario, con lo que vale la pena, o la alegría. dejamos en el camino, poco a poco, kilo a kilo, esa mudanza constante de pareceres y de opiniones sin trasendencia, cosas que juntan polvo en el alma, telarañas y ruidos de rincón mudo. fuimos reconociendo oasis que no lo eran, vertientes de montaña que eran nada más que neones de propaganda, avisos publicitarios a los lados del camino llamando la atención de los transeúntes, como santos inventados, gurúes de cartón, voces huecas mantenidas en onda por una perversa campaña de fanáticos.
vamos dejando todo eso atrás. debemos hacerlo. basta. nadie tiene las respuestas. nadie las ha tenido jamás. los que dicen tener las respuestas son los peores. mejor es el ruido del río, más sano para el espíritu es la risa de mis hijas, abrir un bloc nuevo de dibujo y partir en fresco, afilar lápices, mirar el cambio sempiterno de los colores del cielo.a veces, simplemente encontrar una canción anticuada en un casette. tan pasada de moda que está grabada en un casette, 'puedes hallarte viviendo en una caseta de tiro al blanco, puedes hallarte viviendo en otra parte del mundo, ... bajo la rueda de un gran automóvil, ...en una hermosa casa con una hermosa esposa, y te preguntarás, bueno, cómo llegué aquí?...'*y la pasas a un memory stick USB en formato MP3 y la pones en el auto una tarde gris de domingo cuando está empezando a nevar y te vas por la ciudad cantando la canción lejana con voz de anciano arcaico, renovado ciclo de esperanzas verdes, regadas y puestas en la ventana, a la luz, para que crezcan y se eleven, porfiadas, contra la fuerza de gravedad.
(* - traducción libre de Once in a Lifetime, por Talking Heads, 1981)