Un día vos y yo
deberíamos salir desnudos a la calle
pero desnudos con ganas de estar desnudos
sin vergüenzas que quemen en la piel
desnudos desde las ideas a los pies
con la mirada lejana de abrigos
lejana de gruesos pantalones de invierno
y el corazón lleno de piel y frío.
Un día vos y yo
deberíamos ser la calle estremecida en tus pezones
duros por la tristeza de un ayer abrumado de palabras
que se arremolinan en tus cabellos alborotados y llenos de lunes portarde.
Un día vos y yo
deberíamos vencer los miedos, las alturas
las distancias
mirarnos a los ojos
Y en plena calle
desnudos, muertos de miedo y agarrados de las manos,
ser por fin nosotros dos.
Rubén Callejas