me atribuló su negro raso en sombras,
me vi tan solo y triste;
momento al que siguió melancolía,
pues los astros tenían aquel brillo
de nostalgia y de lágrimas
.
desdén
esa exclusiva cruz de los mortales
como un rayo lanzando su haz de luz;
mientras el impasible
cielo se ahondaría en el abismo
provocando pavor en nuestras almas
.
y me mortificó hasta que cayó
toda su oscuridad
sobre mis ojos muertos de llorar
¿porqué me abandonaste?
.
miel amarga tan envuelto en llanto voy , llorando la vida;
por no llorar la muerte si es un mal de amor
que me dió sufrimiento ¡tanto! y no se olvida
.
se ha vuelto llaga aquel inolvidable fervor
.
mi pensamiento solo habla de tu partida
y el recuerdo señala como acusador
.
allí, tu dulce voz quizá se quedó dormida
porque el silencio luce bien, sobrecogedor
.
duendes de mis quimeras, ríen alegremente,
¿acaso mi sufrir no ha sido suficiente?
me ha roto el alma tu irascible adiós
.
mas tal es mi locura, que si un día volvieras,
todo daño inflingido al que tú me sumieras
sería cual tributo ofrecido a dios
.