Frecuentando locales desiertos de calles baratas en los que ya sólo entra el aire. Un lento intento de suicido, haciéndose el harakiri con licores apócrifos, y la verdad afilada, sangrando alcohol y desesperación.
Una botella que cayó de unas manos demasiado temblorosas, y lo que contenía se perdió por siempre en un estallido de cristal. Estupor, mareo, inconsciencia, y oscuridad.