"Este es el mensaje del náufrago en la botella. Pase lo que pase, y nos pase lo que nos pase, hay cosas que trataremos de que nos queden.
Por ejemplo, unas cuantas convicciones. No nos da igual todo. Nuestra capacidad de pasotismo es muy limitada. Como es lógico, nada nos importará mas de lo que nos importa lo nuestro y lo de los nuestros… y además esta sociedad nos ha hipertrofiado el individualismo a todos, pero ya nunca podremos evitar que el otro, los otros, lo común, lo colectivo, nos afecten.
Será un grado inferior al debido, sin duda. Pero nos resistiremos a caer anestesiados. Siempre hemos creído que nadie es sólo un individuo. No nos borraremos de la política, nos acercaremos a ella con precaución porque la hemos conocido lo suficiente para saber que es de poco fiar.
Pero, aún con las ilusiones desteñidas y el escepticismo rampante, tenemos muy claro que seguimos siendo de los nuestros. Y que la historia no está escrita. De modo que el fatalismo y la resignación quedan descartados.
A lo largo de los últimos 45 años hemos vivido intentando conocer, entender lo que habíamos conocido y contar lo que habíamos entendido. A partir de hoy, es seguro que continuaremos intentado conocer y entender lo que vayamos conociendo. Mas difícil será lo tercero, encontrar dónde y cómo contarlo. Pero ya veremos.”