(Des)Propositos de un nuevo año

En este nuevo año, el 2016 ya estrenado, es el año en el que Marga se propone hacer algo más que tan sólo sobrevivir, quiere llevar a cabo un propósito. El de no aceptar consejos ni lecciones de nadie. Si tiene que cometer errores, que sean de los de su propio sello y fabricación. Aunque pensándolo bien, la intuición de su voz interior suele ser eficiente. Los fallos vinieron cuando hizo caso de percepciones ajenas. Si se hace más caso a otros que a uno mismo las cosas marchan mal y es cuando las meteduras de pata se suceden.
Cuando se lanza una idea y alrededor de uno se dice que tal o cual cosa es un sueño imposible, que lo deseches, seas serio, y te estés quieto y calladito como un buen autómata, eso no es un consejo, es una gilipollez. Si fuera verdad lo que esas personas que van dando lecciones por ahí dicen, la sociedad nunca habría avanzado, ni cultural, ni tecnológicamente, entre otros campos. Lo que de verdad sucede con esa gente es que no se ven capaces o no se atreven a crear nada ni a expresar ideas nuevas, reaccionando negativamente ante los que si expresan nuevas ideas y capacidades. Un complejo de inferioridad por su parte que tratan de suplir con su autoproclamada condición de expertos en la vida.
La verdad es que esa gente no pinta un carajo en la vida de los demás, y casi tampoco en la propia, por mucho que pretendan lo contrario. Si tanto quieren aconsejar, que publiquen un libro de autoayuda, a lo que suelen ser aficionados. Así podrían aconsejar a gente receptiva a su discurso repetitivo y gris.
Tratar de imponer una limitada visión del mundo acaba pasando factura, sobre todo a los que tenemos que aguantarlos, una experiencia muy crispante. Erigirse en el perfecto ejemplo.... de la nada, eso es en lo que son verdaderos especialistas. Las autoridades sanitarias deberían advertir que los consejos gilipollescos son perjudiciales para la salud, y extinguen la paciencia. Por eso Marga se ha propuesto no escuchar otras voces que no sea la suya propia y perseguir sus propios sueños, no los reflejos de los de otros. Algo dentro de ella le dice que es lo correcto, que lo va a conseguir.