Durante la comida todos nos miraban expectantes que anunciásemos nuestro pequeño secreto, que al parecer ya no era tan secreto, ya que en sus rostros se podía ver reflejado que estaban a sabiendas de todo lo ocurrido entre nosotras. La hora del postre era la más idónea para realizar nuestra “confesión”.-Me podéis prestar un momento de atención, por favor- dije levantándome de la silla, haciendo que todos los presentes de nuestra mesa se volviesen hacia mí, estaba un poco nerviosa, jamás había anunciado estas cosas a los cuatro vientos, también tengo que te decir que tampoco me había pasado durante un viaje con ellos.- Bueno como todos ya sabréis, porque no se os puede contar nada a una sola persona, cotillas de escalera, me gustaría anunciar que Emma y yo – en aquel momento se puso a mi altura y entrelazó sus manos con las mías – hemos comenzado una relación- me sentí como su me hubiese quitado un peso de encima, y después de las compresión de mis palabras para algunos de los presentes, la reacción no se hizo de esperar mucho tiempo, la avalancha de felicitaciones y muestras de cariño nos inundaron a ambas.Después de la comida gran parte de la gente se fueron a echar una pequeña siesta antes de irnos a dar vueltas por el pueblo, era normal porque el ejercicio de esta mañana les había dejado molidos, en cambio a Lily, Alice y Emma no de modo que se quedaron con Robert y conmigo en la zona de descanso del hotel, donde esta mañana habíamos trabajado durante un rato.-Madre mía estoy reventada la verdad no puedo con mi alma- dijo Lily tirándose desesperadamente en el sofá.-Venga Lily no seas tan dramática, tampoco ha sido para tanto, haces más ejercicio en el gimnasio- sí, sí mucho decir que no había sido para tanto pero ella te tumbo a su lado.-Venga perras que yo también quiero sentarme- Robert intentó tirarlas del sofá pero era misión imposible, parecían dos gatos indicando su territorio y defendiéndolo así que se dio por vencido y se tiró encima de ellas con la consecuencia que todos imaginamos.-Socorro me muero asficciada me estáis matando- mientras Robert se descojonaba por la situación, todo esto llevo a que él se cayese al suelo y Alice y Lily se quedasen finalmente con el sofá.-Mujeres, siempre os tenéis que quedar con todo- dijo en plan niño pequeño.-Hombre tenías que ser que te crees con derecho a apropiarse de todo- le contesto Alice.-Venga chicas dejadle un sitio pobrecito, no seáis malas- aunque les había dicho yo que se lo dejasen seguían en sus treces de manera que Emma y yo le dejamos un trocito en el sofá en el que estábamos para que se sentase…
Y hasta aquí el día de hoy espero que os haya gustado un beso.