Al otro lado del mundo, su novia, la luna, aún dormitaba, esperando por él sollozaba, dejando caer lagrimas en forma de estrellas sobre su almohada.
Revista Talentos
El sol se despertó tempranito, casi de madrugada. Sus rayos iluminaban los esteros, las llanuras, las montañas. Buscaba a su amada y no la encontraba.
Al otro lado del mundo, su novia, la luna, aún dormitaba, esperando por él sollozaba, dejando caer lagrimas en forma de estrellas sobre su almohada.
Al otro lado del mundo, su novia, la luna, aún dormitaba, esperando por él sollozaba, dejando caer lagrimas en forma de estrellas sobre su almohada.