El hombre es limitado, y no crece ante el resentimiento
Fragmentos de la vida
Fragmento primero
Desventurada cortina.
1
¡Quizás!... el eco oiría,
de la gran campana divina;
si deslizáramos de la historia,
la renegrida, y desventurada cortina.
¡Quizás!... rozáramos la gloría
diciendo adiós a la ruina,
sanando la enfermiza frente,
si braceáramos, un nuevo afluente.
Carmen Silza