De niña saltaba la soga en un pedacito de vida
disfrutaba de los amarillos reflejos de los otoños
mientras la tibieza se hacia razones en su rostro
y las tormentas no existían.
De niña el paraíso vivía en el azul de un jacarandá
y las tristezas solo eran futuro y sinrazón,
de niña en sus trenzas vivían los colibríes
la esperanza se fabricaba en hornos de pasión
y los celeste , eran cielos que abrazaban sueños.
De niña la militancia pasaba por la felicidad
y no lo vio venir,
llegó un día cansada de la escuela
se vistió de música y poemas
y sin avisos ni plegarias
se enamoró.