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Devastados en Chesil Beach, o el poder destructivo del arte. Una rebelión.

Publicado el 06 mayo 2012 por Tarrou
*Aviso, puede contener o insinuar spoilers. Lo siento...
Eran inocentes, pero su inocencia era la culpabilidad de todos los prejuicios y convenciones sociales, que siempre nos miran, incluso cuando estamos solos. Se querían. Proyectaron gratas sombras futuras oyendo el rumor del oleaje y la pálida luz solar. Pero no sabían como comenzar a vivir en un mundo ajenao que empezaba a mostrar la simiente de un huracán acercándose. Eran sensibles y delicados. Estuvieron a punto de ser destrozados. Y cuando salvados, felizmente casados, con una familia no demasiado disfuncional y razonablemente feliz, recordaron su primera noche, su primer tropiezo, superado con amor y paciencia, un escollo silencioso, quizá el único de su apacible amor. Así que jugaron a imaginar como recordaban esa noche y como podrían haber sido sus vidas si hubiera sido de otra manera. No nos ha sido dado acceder al manuscrito de Florence. El de Edward, como un intenso alivio de su suerte aferrada, cayó en poder de un amigo escritor de su esposa, concertista de inmenso prestigio, y fue convertido en una fábula sobre el miedo, el terror oculto que yacía en la época en que se casaron. Pactaro una obra literaria esculpida por diferentes pliegues y costuras que las del relato, más tosco, de Edward, conocido y celebrado en círculos académicos por algunas monografías acerca de personajes enterrados en el olvido de la historia inglesa. Fue un gran éxito. Y un escalofrío para decenas de miles de lectores. Incluyendo a los protagonistas, que se reconocían bien y que no habían podido saber cuán frágil puede resultar la felicidad.
Bien, acabo de "arreglar" una de las mejores novelas, y creo que la más insoportable que he leído. No puedo contar apenas nada, por no destriparla, merece una lectura y es muy breve. Un mapa delicado y compasivo de una época y dos personajes inmersos en ella que acaba a hachazos sobre ellos y sobre el pobre lector, que horrorizado, trata de salvar restos del naufragio que el escritor vuelve a sumergir. Sin misericordia ni esperanza. Supongo que eso otorga valor artístico a la creación, o no. Pero para mí resulta imposible poder disfrutar con algo así, y la sensación de amargura intensa prevalece sobre el goce etéreo de su magnífica prosa y soberbia construcción. Aparte de ciertos detalles que ofuscan y desconciertan, es magistral. Y resulta asombroso pensar en el poder destructor e inspirador que pueden tener el arte y las ficciones en nosotros. Quizá el escritor, entre el andamio de sus construcciones y la vista de como crecen e su imaginación, puede alejarse. Como lector, si el novelista conoce su oficio y lo desarrolla con talento, a veces me resulta imposible. Handle with care, please. Es usted un gran escritor, señor McEwan. Cacho cabrón. .
Y bueno, no quiero contar demasiado más acerca de la novela, que recomiendo, así que copiopego su inicio: Eran jóvenes y vírgenes aquella noche, la de su boda, y vivían en un tiempo en que la conversación sobre dificultades sexuales era claramente imposible. Pero nunca es fácil, y añado mi propio final:
La llamó. Ella se volvió y vio su cara recortada contra la aurora. Algo se quebró en ambos al reconocer algo extrañoque despertaba en sí el otro rostro, quizá la piedad por su situación desolada. Se abrazaron. Recorrieron por primera vez juntos (tradición que luego se repetiría de cuando en cuando, como conmemoración de su primer aprendizaje, y el más importante, juntos) los guijarros iluminados por la tímida luz de Chesil Beach.
Supongo que resulta una rebelión demasiado infantil, pero he decidido tomar partido por la felicidad, así que deconstruyo el manuscrito de Edward en un tono ménos gélido, atrozmente devastador y por desgracia para mí, con infinitamente menos talento que el de su primer remedador. Pero hacedme caso. Lo que os digo fue lo que ocurrió. Luego, leed el libro.
Devastados en Chesil Beach, o el poder destructivo del arte. Una rebelión.
Perdón por una entrada tan aparentemente rara y prescindible...pero es que tenía que hacer algo... ;)

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