Foto: Tony Ray-Jones.
"Evidentemente, no me refiero a aquel arrebato de pasión que creemos que nos durará toda la vida, que nos mueve a decir y hacer cosas que al cabo del tiempo lamentamos, que nos hace suponer que no podemos vivir sin una determinada persona, que nos lleva a temblar de miedo al pensar que podemos volver a perderla. Aquel sentimiento que nos vuelve
más pobres, no más ricos, porque queremos poseer lo que no podemos poseer, queremos retener lo que no podemos retener. Y tampoco me refiero al deseo físico ni al amor propio, parásitos que gozan al camuflarse de amor desinteresado." Hablo del amor que devuelve la vista a los ciegos. Del amor que es más fuerte que el miedo. Hablo del amor que dota a la vida de un sentido que no atiende a las leyes de la caducidad, que nos hace crecer y no conoce fronteras. Hablo del triunfo del ser humano sobre el egoísmo y la muerte"
El arte de escuchar los latidos del corazón. Jan Philipp Sendker