Vamos llegando a un restaurante de la avenida principal, puedo darme cuenta que esta oscureciendo. Al entrar se observan mesas con vida propia donde hay personas solas, en pareja, grupos; hablando del trabajo, universidad, amor, política hasta de religión. Los meseros van de un lugar a otro, llevando los jugos naturales, los cubiertos, las cuentas. En la parte central se encuentra una mesa redonda que se roba mi mirada, me llama la atención ver a los ocupantes con sus chaquetas iguales. Sigo ahí detenida, mientras uno de mis compañeros toma una de las cartas y pregunta cual es la especialidad de la noche.
Vuelvo a fijar mis ojos en aquella mesa. Pero ya no todo es igual, hay algo que la hace especial, mas bien alguien que me atrae con su mirada cautivadora y amistosa. Veo sus rasgos y barba de varios días que tanto me gustan y recuerdo su cabello con toques de desorden. Me quedo unos segundos inmóvil, tratando de grabar el momento hasta que veo su sonrisa con toques de coquetería. Mi rostro le devuelve la sonrisa. Comienzo a acercarme y el también lo hace. Nos saludamos de forma alegre, con esos abrazos que solo nosotros conocemos. Sentí que todo avanzaba en cámara lenta, no logre distinguir ningún otro movimiento. Se que intercambiamos preguntas y respuestas para saber que ha sido de nuestras vidas en el ultimo tiempo que hemos estado distanciados por la ley del destino.
De pronto vuelvo a reaccionar, y me doy cuenta que nos encontramos bailando Bookends de Simon & Garfunkel. Yo tengo mi cara afirmada en su hombro, tocando su cuello; nos movemos lentamente, ninguno habla. Yo me sumerjo en su olor, en su piel. Me invaden las ganas de pasar así el resto del tiempo que tenemos porque sí él está, yo estoy completa.
Seguimos ahí, me obligo a seguir y no dejarlo, no quiero volver a perderlo. Aun suena mi despertador, pero no quiero volver a abandonarlo como la noche anterior, quiero vivir más está historia, no quiero irme. Pero ya comienza a extinguirse, no logro tocar sus manos. Todo desaparece ante mis ojos cerrados. Todo se volvió a terminar.