Dia 135: Nicolas

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Nicolás apareció en mi vida en tiempos en los que éste le había confesado a sus padres que era homosexual. Se hartó de las terapias psicológicas para 'ayudarlo', de que quieran curarlo, de que lo priven de ver a sus amigos, de que lo alejen de sus hermanos o lo vigilen en todo momento para asegurarse de que no les haga daño. Se hartó de que piensen que terminaría sus días manteniendo a un hombre para poder recibir algo de amor a cambio, o que solo su vida se reduciría a una realidad vulgarmente promiscua, de que le digan que no iría al cielo, de que le lloren por ser el hijo errado, se hartó del encierro al que se le había confinado. Por eso decidió escapar, pero tenía 17 años, ninguna experiencia de trabajo, y mucho miedo. 

Durmió un tiempo en las calles, comía lo que podía y buscaba una sola oportunidad para poder trabajar y sobrevivir, y así fue como apareció su oportunidad, personificada en un sujeto cuyo nombre ni siquiera recuerda, quien le ofreció quedarse en su casa por unos días a cambio de ayudarlo con los quehaceres diarios. Nicolás aceptó feliz e incluso pensó que la vida le volvía a sonreír luego de tantas frustraciones. Pero al llegar a su casa, de inmediato se dio cuenta que había ingresado a la boca del lobo, un mundo extremadamente sórdido, una pequeña Sodoma y Gomorra donde varios hombres yacían tirados por el suelo, drogados, desnudos y con la mirada fija sobre el recién llegado, la nueva presa que había sido llevada para ser devorada. Dios parecía haberse olvidado de él. Uno de los miembros de ese grupo, se puso de pie, y lo llevó hacia una habitación, quiso someterlo, pero su estado era tan deprimente que se desmayó de pronto mientras se orinaba y convulsionaba en el suelo. 

Tras oír sus súplicas y sin importarles el estado en el que se encontraba el tipo, lo dejaron a un lado de la ventana junto a Nicolás, en el segundo piso de aquel viejo edificio. Todos se unieron nuevamente en una gran alfombra y comenzaron a devorarse sudorosos los unos a los otros, le pedían con insistencia que no tema, que se una a ellos y Nicolás solo cerraba sus ojos, y se ponía a llorar y rezar como nunca en su vida lo había hecho... pero de pronto vio su libertad dibujada en aquella ventana, la rompió con sus zapatos, los vidrios cayeron por todos lados y saltó desde el segundo piso hacia la calle... corrió y sobrevivió. *****Intentó luego aquello a lo que le llaman "un trabajó digno"... vendiendo relojes en las calles, durante un mes entero, bajo terrible sol de la ciudad, y deseando a cada instante volver a casa... todo, para que pasado el mes de prueba, le digan: "No te podemos pagar porque no has vendido lo suficiente y porque aún eres menor de edad". #HijosDePuta. Volvió a casa, pero ya desde allí había decidido cambiar y dejar de ser él mismo...*****

Se hartó una vez más de tanto abuso y pensó, "Si sigo siendo tan marica, siempre se aprovecharán de mí". 

Tal vez el hecho de odiar la vida, el abandono, la melancolía, y el constante abuso que recibía de parte de la gente, lo aventó a buscar lo que aparentemente sería su única forma de escape. Como quien dice "Si van a abusar de mí, por lo menos me aprovecharé de ellos también".

Cuando la gente quería, podía ser de ellos, había incluso ocasiones en las que ni siquiera tenia que hacer nada, el simple hecho de que lo vieran desnudo, era suficiente. Descubrió la perversidad de muchas personas y se fue nutriendo de ella, la usó para si mismo, para aprender a ser un maldito infeliz sin sentimientos. Un animal más. 

Creció, se hizo un hombre, un adulto, al menos en su DNI ya lo era, y se dio cuenta que la apariencia lo era todo en su nueva vida, se daba ciertos lujos que invertía en sí mismo, se volvió un adicto al gimnasio yendo casi todos los días, un fuckingfashionboy, de esos odiosos que se pavonean de discoteca en discoteca esperando que caiga su presa. Un puto más en esta ciudad. Se alejó de sus padres, los hizo sufrir demasiado pero ellos no podían hacer mas nada con él... volvió con esa condición "Dejenme en paz", y ellos lo aceptaron porque lo amaban.

Cada vez se sentía más seguro de sí mismo ( o eso creía), pero también cada día que pasaba, su rencor iba en aumento. Supo que tenía el poder de manejar a la gente, de utilizarla, era un experto en lo que hacía y por eso no eran pocos los que lo buscaban con frecuencia. Aprendió a convivir con el peligro, y en más de una ocasión estuvo a punto de morir, pero supongo que eso ni le importaba, total, tal vez eso era lo que esperaba. Nunca pensó en el suicidio, al menos supo que era mejor disfrutar y dejar que la muerte lo lleve solo... Le gustaba desafiar a la vida y demostrarle que él podía hacer lo que le daba la gana. Odió su inocencia, y optó por la perversidad, como una forma revancha a su mundo hostil.  

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Y lo conoció a él. Un hombre mayor, casado y con dos hijos, quien tuvo la desgracia de cruzarse en su camino. Entre las cuatro paredes de aquella habitación, se atrevió a despertar al lado más sensible de Nicolás con un simple: "¿Porqué haces esto?" "Eres un chico con tanto futuro por delante, podrías hacer mejores cosas que vender tu cuerpo". Nicolás sintió después de mucho tiempo que alguien realmente lo comprendía. Se mostró agresivo, y quiso matarlo, pero las palabras del tipo fueron convincentes... él necesitaba con todas sus fuerzas que alguien lo salve, que le digan que aún era tiempo, y al saber que ese 'alguien' estaba finalmente allí delante suyo, terminó llorando como un niñito en sus brazos paternales. Se volvió a mostrar inofensivo y frágil, le contó su historia entre lágrimas, botó todo lo que tenía dentro, se desnudó por primera vez en su vida... y ese fue el inicio del final. Justo cuando Nicolás pensaba haber encontrado un amigo, y se disponía a retirarse de aquella habitación, el tipo lo interrumpió diciendo:

- ¿A donde vas?, Yo ya te he pagado... primero me coges, y ya luego cambias tu vida, papi... jajaja.
Nicolás despertó su lado más violento, el más malo, aquel que solo una gran humillación puede desencadenar y mientras lo hacía gritar de placer al desgraciado, abrió lentamente su billetera y sacó todos sus documentos y su celular. 

Escapó con todo en sus manos y desde esa noche, bastaron solo tres días para destruirle la vida. "Nada peor que un hombre de familia, siendo expuesto ante su perfecto mundo"- Pensó.  

...

La última noche que supo de él, fue cuando recibió una llamada llorándole, suplicándole que lo dejara en paz. Le ofreció dinero, le ofreció viajes, mantenerlo de por vida si quería, pero Nicolás estaba infectado de ira. Él representó a todas aquellas personas que le habían hecho tanto daño, y por primera vez en la vida, tenía el sartén por el mango. Dio la estocada final... y el tipo pagó demasiado caro su humillación... *****Nicolás terminó tarde su última jornada y ya no tenía ganas de ver a nadie más. Se dirigió al paradero para tomar el autobús rumbo a casa. Sin embargo, algo llamó su atención a mitad del camino. Un grupo de gente alborotada gritaba y pedía auxilio al otro lado de la avenida. No pudo evitar su curiosidad y rápidamente caminó hacia donde se encontraba el alboroto. Descubrió muy pronto que se trataba de un accidente. Era una mujer, tirada en el suelo, sobre un mar de vidrios rotos, siendo devorada por la morbosa mirada de la gente que entre murmullos y más de una invocación divina la observaban alrededor, mientras un infeliz yacía en el auto, inmóvil y llorando desesperado en la oscuridad de la noche.
Pensó entonces en lo injusta que era la vida. Seguramente esa mujer tenía una familia, hijos, un esposo, una madre. Quién sabe cual sería su historia. Pero de seguro habría alguien que la lloraría. Una vida que quedaba trunca y a la que no se le permitían seguir adelante. Fue allí en ese preciso instante que recordó algo que había olvidado, cuando alguien muy importante en su vida le pidió cuidarse de la “buu[1]”, y de todos los peligros que le esperaban en el camino. Alguien que había partido, su amiga 'Malena'...  "En algún momento el dolor te volverá tan mierda como ellos, sólo debes asegurarte de dejar bien marcadas tus huellas en el trayecto, para que recuerdes el camino de vuelta hacia ti mismo... allí es donde yo fallé".  La muerte revivió en Nicolás ese recuerdo. Y despertó... 

¿Cómo no pude darme cuenta de lo que realmente significaban esas palabras?- Pensó. -No pude ver que se trataba de un asunto de experiencia, de decisiones erradas que solamente cuando le sirven de ejemplo al otro cumplen finalmente un sentido en la vida y así la existencia de uno, deja de ser inútil. 

Finalmente comprendió todo, y sabía que era el momento de replantear muchas decisiones erradas, de volver, de negociar con la vida una nueva oportunidad, de acabar con Nicolás... y  ser nuevamente MIJAÍL.
Esa noche volví a casa, y encontré a mi padre rezando por mi... esa noche volví.
# Antes de ti: Nicolás (Q.E.P.D)

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[1] Buu: expresión utilizada por algunos travestis para referirse al SIDA. 
PS. Monstruo eliminado... el pasado siempre estará allí, pero ahora me toca a mi decir: "Una experiencia errada solo es útil si es que le sirve a otra persona, para que no cometa los mismos errores".

PS2. La persona que me quiera, debe quererme luego de haber leído este post. Ya no tengo nada que ocultar. Es mejor así.