Muffin del Anónimo
Hoy conocí a Anonimo PS. Caminamos mucho, conversamos, y me pareció igual a como lo había imaginado. Para su mala suerte, conoció a Mijaíl en uno de esos días malos en los que dice una y otra vez "Ahhhh que colera", luego de terminada una frase.Y es que tuvo que aguantarme casi toda la cita escuchando mis problemas. Tengo severos inconvenientes con el trabajo en la tienda, últimamente hemos estado fallando algunos pedidos que nos han hecho y eso me fastidia, por eso el día de hoy decidí pedir permiso para salir más temprano de mi oficina e ir a apoyar en la tienda. Fue allí cuando, luego de ver de cerca algo que definitivamente me descuadró, tuve una primera discusión fuerte con Alberto, el chico que me apoya en la tienda. Me sentí frustrado pues por primera vez luego de mucho tiempo, perdí los papeles por completo.
¿Quieres que te cuente lo que me pasó, Anónimo PS?
- Si Mijaíl, adelante, soy todo oídos, cuéntame...
Justo llegó el pedido que hizo Anónimo PS, un Muffin muy rico que comenzó a degustar cucharada tras cucharada mientras escuchaba mi drama.
Cucharada 01:
Estaba yo en la tienda, muy apurada con terminar un diseño urgente, pues el cliente estaría allí en dos horas para recogerlo. Le encargué entonces a Alberto que me apoye con otras cosas pendientes, a fin de trabajar ambos a la par. De pronto, lo vi conversando con el dueño de la tienda contigua, quien al parecer le pidió que le ayude en un trabajo de vinilos. No me hice problemas y seguí diseñando en mi PC.
Cucharada 02:
Esperé exactamente media hora y vi que seguía ocupado en lo que le habían encargado de la otra tienda, pasó la hora entera y seguía en lo mismo. Volteé la mirada para preguntarle si ya había concluído con lo que yo le había encargado y fue allí cuando lo vi conversando con el cliente de la tienda contigua, quien ahora le estaba pidiendo contratarlo para instalar vinilos en su casa, pero que necesitaba que se vaya con él en el acto. Es decir, en pleno horario de trabajo, estaba haciendo otros servicios que no eran de mi tienda y negociando con otros clientes... todo, en mi presencia.
Cucharada 03:
Definitivamente, eso me descuadró. Apenas se acercó a mí a decirme: "Mijaíl, necesito me des permiso para irme temprano pues debo ir a instalar unos viniles". Yo me puse de todos los colores, y le pedí acompañarme afuera de la tienda, lejos de la gente y en un lugar calmado. Le dije lo decepcionado que estaba por lo que acababa de hacer. "Si en mi propia presencia, haces este tipo de cosas, no quiero ni imaginar lo que haces cuando yo no estoy controlándote". El intentó justificarse, y tal vez eso fue lo que más me enfureció, el que no acepte que estaba equivocado o que había hecho mal... eso me descuadró.
Cucharada 04:
¿Y al final que pasó? - Preguntó el Anónimo PS.
Verás... yo suelo confiar mucho en la gente, y les doy todas las condiciones para que las cosas funcionen y se sientan cómodos, pero basta con una sola vez que me decepcionen para descártarlas por completo. Soy una persona que da solo una oportunidad... no más. Así de radical desde siempre. Yo quería que por lo menos se quede callado y acepte su error, pero no lo hizo y siguió justificando lo que para mi era injustificable desde cualquier punto de vista.
Cucharada 05:
¿Que le dijiste?
"Tienes hasta fin de este mes para demostrarme que realmente quieres trabajar conmigo, sino, puedes ir buscando otra cosa desde este momento".
¿Que si fui muy radical? Nils me dijo que si, aunque luego... cambió su punto de vista y me dio la razón. Tal vez porque el conoce más de cerca el trabajo de su compañero, y si bien en un principio quería poner paños fríos a la situación y justificaba ciertos errores suyos, al verme tan desesperado y decepcionado, supongo que entendió que en verdad, no era momento para cubrir a nadie, sino más bien para ayudarme a encontrar soluciones.
***Todo esto que me había pasado durante el día, se lo conté a Anónimo PS, durante nuestra primera salida, mientras ambos degustábamos un capuccino, ésta vez en el Café Altomayo, otro de los lugares que suelo frecuentar cuando salgo con amigos bloggers.
"Debes tomar decisiones importantes, ten paciencia y piensa bien las cosas, Mijaíl", fue lo que me dijo aconsejó, y me comenzó a contar también algunos de sus problemas personales, pues vaya que también andaba cargado de cosas. Al final, fue una catarsis mutua la que tuvimos los dos.
Espero no sea la última vez que lo vea. Se nota que es un chico que tiene mucho más que compartir, y ojalá en algún momento se de un tiempo para abrir su blog y que el mismo cuente su historia.
# Antes de ti: Arturo (El anonimo PS, ya tiene un nombre).