Día 26: Con esa sonrisa que se roba el mundo

Un regalo de principio a fin. No de los palpables, sino más bien de aquellos que llegan al corazón y que siempre llevaras donde vayas. Siento que algo en mi esta cambiando. Mi brújula no quiere seguir el norte, quiere llevarme en el sentido contrarío. Aun no se donde es eso, pero me esta gustando descubrir que realmente es lo que me apasiona y quiero para mi vida. Esta nueva ruta me ofrece un sin fin de misterios y aventuras de las cuales quiero participar aunque no estén claros los caminos.

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Yo rogaba que no vinieran. No quería que se mojaran por mi. Compartimos un sueño, nos unimos por un sueño que por momentos era imposible. Pese a las miles de dificultades salió adelante gracias al esfuerzo y perseverancia de un grupo de familias y voluntarios. Nunca dejare de agradecerle a ellos porque me tocaron los mejores voluntarios, con los cuales compartí mis alegrías y tristezas. Venían cuando los necesitaba y cuando no los necesitaba. Palabras de la señora Roxana a quien tuve el gusto de conocer y escuchar, creando en mí un abanico de sentimientos. Me sentí orgullosa del trabajo que llevamos acabo, recordé la principal misión de nuestra actividad. Me confirmo mi creencia: todo lo que nos proponemos se puede realizar, aunque aparezcan dificultades en el andar. 

Me alegro su forma de expresar todo el amor que tiene por aquellos jóvenes que la acompañaron en el largo proceso de obtener su vivienda definitiva. Es una madre orgullosa de sus chiquillos al contar a lo que se dedica cada uno, lo alegre que se siente al recibir aun sus visitas a la hora de la once.

Cuando nos saludo la vi observar nuestros rostros tratando de descifrar nuestra mirada, como me gustaría conocer lo que descubrió en cada uno. Solo nos dijo:-espero que ustedes sean igual de buenos.

Todos siempre hemos escuchado la frase ” la unión hace la fuerza”, al pensar en estas palabras no dudo en asociarlas a mi madre, que siempre nos dice a mi hermana y a mí: si están juntas serán invencibles, llegarán donde nunca pensamos, todo será más fácil y grandioso si lo comparten. Así hemos vivido: unidas  y apoyándonos aunque residamos en ciudades diferentes. Pero este cariño y lazo esta formado de toda la vida. Sin embargo, están aquellos que nacen por una meta en común, que llega a ser tan fuerte como el amor de hermanas. Este cariño y compromiso con el otro uno lo elige y lo desarrolla por voluntad propia. Lo va cultivando con el pasar del tiempo a través de conversaciones acompañadas por tazas de té.

Por ahora solo me queda agradecer el haber compartido con una mujer grandiosa y luchadora, el haber visto Amélie gracias a Maru (que me leyó el pensamiento), y terminare este día 26 con esa sonrisa que se roba el mundo.

Elle va changer ta vie…