Una de las personas que más admiro ahora chochea. Desconozco si la culpa es del aislamiento o de la edad, pero chochea. Desde que cerré la puerta solo intentan abrirla. Y es molesto sujetar la puerta para impedir que entren, y hacer fuerzas, y gritar, y comunicar que la puerta está cerrada desde hace mucho tiempo.Mandé el artículo de mañana al periódico, y en él indico lo acertado de la actitud del rey en relación con el comportamiento de su padre. Pero hoy he escuchado al rey. A las nueve. Y tras la comparecencia me pregunto si el rey de España no debería plantearse dejar de ser el rey de los españoles. Creo que ganaría enteros, y medios, y cuartos. Y españoles, ganaría españoles.Estamos viviendo como se vive en una dictadura, sin libertad. Y al igual que en Corea todos aplauden a su líder supremo, aquí cuando habla el presidente o el vicepresidente todos los acólitos acogidos a su esclavitud, se ponen a escribir en redes lo magnífico de sus intervenciones.Leí hace unos días que los asesores del presidente del gobierno son asesores políticos y no hombres de estado. Y así nos va. Esto es como las mediciones de audiencia en la prensa, en la televisión o en la radio. Los asesores buscan tan solo esas altas audiencias, y que estas se conviertan en votos. El estado, la nación, los habitantes, son números que importan poco. Pero los asesores nunca pensaron en la posibilidad de que llegara una pandemia. Y aquí no tienen valor las audiencias, ni los asesores.Vivimos en un mundo feliz. Pero hay que ser libres, y hay que ir a las librerías, aunque permanezcan cerradas. Aquellos que son malas personas seguirán siendo malas personas. E intentarán abrir las puertas que también están cerradas. El silencio es la mayor manifestación de libertad.
Una de las personas que más admiro ahora chochea. Desconozco si la culpa es del aislamiento o de la edad, pero chochea. Desde que cerré la puerta solo intentan abrirla. Y es molesto sujetar la puerta para impedir que entren, y hacer fuerzas, y gritar, y comunicar que la puerta está cerrada desde hace mucho tiempo.Mandé el artículo de mañana al periódico, y en él indico lo acertado de la actitud del rey en relación con el comportamiento de su padre. Pero hoy he escuchado al rey. A las nueve. Y tras la comparecencia me pregunto si el rey de España no debería plantearse dejar de ser el rey de los españoles. Creo que ganaría enteros, y medios, y cuartos. Y españoles, ganaría españoles.Estamos viviendo como se vive en una dictadura, sin libertad. Y al igual que en Corea todos aplauden a su líder supremo, aquí cuando habla el presidente o el vicepresidente todos los acólitos acogidos a su esclavitud, se ponen a escribir en redes lo magnífico de sus intervenciones.Leí hace unos días que los asesores del presidente del gobierno son asesores políticos y no hombres de estado. Y así nos va. Esto es como las mediciones de audiencia en la prensa, en la televisión o en la radio. Los asesores buscan tan solo esas altas audiencias, y que estas se conviertan en votos. El estado, la nación, los habitantes, son números que importan poco. Pero los asesores nunca pensaron en la posibilidad de que llegara una pandemia. Y aquí no tienen valor las audiencias, ni los asesores.Vivimos en un mundo feliz. Pero hay que ser libres, y hay que ir a las librerías, aunque permanezcan cerradas. Aquellos que son malas personas seguirán siendo malas personas. E intentarán abrir las puertas que también están cerradas. El silencio es la mayor manifestación de libertad.