Dia 55: Odio a Mario Bros

Mario Bros

- ¿Y que te pareció el partido?
- Mmmm...
Parece un pecado, parece algo increible, una joda de mal gusto, lo que sea, pero la verdad es que no ví el partido de ayer ni el de anteayer ni el de nunca. Simplemente me interesa muy poco el destino futbolístico de nuestro país.
Hoy en la oficina y fuera de ella,  todo el mundo me preguntaba mis apreciaciones sobre el emocionante encuentro deportivo de anoche. Entonces fue inevitable que vengan a mi mente con una gran claridad, los motivos por los cuales detesto el futbol.
Deja vu...
Tenía 6 años y me encontraba caminando inocentemente tomando mi leche, al rededor de una cancha deportiva del colegio, cuando de pronto, me vi tirado en el suelo, sangrando y con mi tomatodo lleno de leche chorreado sobre mi cara. ¿El culpable? un imbecil que midió mal su puntería y me dio con un pelotaso de frente en la cara. Ese día se inició la guerra entre el futbol y yo. Me había ganado una batalla, pero aún quedaban muchas más de mí...
Ya cuando ingresé a la secundaria, descubrí que la peor materia para mí sería desde siempre la clase de Educación fisica. Todo ello gracias a que tenía como "profesor" a un tipo al que llamabamos Mario Bros por sus enormes bigotes en forma de brocha. Pero mi aversión a aquella materia no era debido al hecho que yo odiara hacer deporte. No. Simplemente, Mario Bros era un infeliz que jamás hacía clases de educación fisica, sólo nos decía: "Jueguen futbol, yo regreso al final de la clase"  y se largaba corriendo a la cafetería del colegio para  ponerse a afanar a la negra Marilú.
Su forma de llevar el curso era la preferida de todos mis compañeros. Obviamente disfrutaban del tener dos horas extras a la semana para ponerse a jugar futbol y golpearse, insultarse y demostrarme una vez más cuan animales pueden volverse al tener la adrenalina a flor de piel. Ese era su paraiso. Para mí en cambio, significaba quedarme aburrido en las bancas esperando su retorno anunciando el fin de su clase.

T_T

El negarme a jugar futbol, a pesar de las burlas y desplantes de mis compañeros, era mi primera forma de rebelarme ante el mundo. De resistir a la presión. Decía que no jugaría y no importaba lo que sucediera, yo no me metería a esa matanza deportiva con el fin de complacer a esos descerebrados.
El profesor Mario Bros, me obligaba a quedarme en la cancha deportiva, aunque sea mirando, pero debía estar allí. No me permitía ir a ningún otro lugar. La verdad es que yo quería matar a Mario Bros y posteriormente, Mario Bros también quizo matar a Mijaíl, luego de enterarse que éste había sido el único alumno en la historia del colegio, que pedía lo exoneren del curso. Mi madre aceptó mi petición a regañadientes y mi padre también estuvo de acuerdo, y ya cuando el director me preguntó "¿Cuál es el motivo por el cual no quieres asistir a la clase de educación física?", cometí la torpeza de ser extremadamente sincero y con ello Mario Bros recibió un llamado de atención.
La siguiente clase, Mario Bross dijo que las cosas iban a cambiar a partir de ese dia, Ahora no nos dejaría a nuestra suerrte, ahora él nos entrenaría durante toda la clase... ¡PARA JUGAR FUTBOL!, y me miró a la cara como diciéndome ¡TE JODISTE!, "Pero no me jodí", hacía todos los ejercicios que me pedía pero luego simulaba cualquier dolor absurdo para justificar mi imposibilidad para jugar. Simulando andar enfermo siempre, pude sortear las clases de torturación física a la cual me habían condenado.
Por suerte, en quinto año ya no vería más a Mario Bros pues ese año le era asignado siempre a otro profesor llamado Guillén. Él era el profesor más odiado por mis compañeros ¿Por qué? porque simplemente, "el sí hacía clases de educación física" y encima, les enseñaba a los alumnos a hacer ejercicios a través de la danza. Es así que mientras yo me moría de la colera en la cancha de futbol aguantando los entrenamientos estupidos de Mario Bros, al otro lado de la cancha veía con envidia al resto de chicos del quinto año, haciendo el curso que yo quería para mí.
La verdad es que durante el cuarto año de secundaria, me la pase contando los días para acabar ese año y que finalmente inicien las clases con el profesor Guillén, hasta que finalmente llegué a mi último año y para mi maldita suerte, justo en ese punto se inició la reestructuración curricular y el profesor Guillén fue asignado a los primeros años de educación secundaria, manteniendo a Mario Bros como nuestro profesor durante todo mi último año. Otro año más de tortura, aunque esta vez, yo me podía dar el lujo de escaparme a cualquier otro lugar donde podía distraerme con cualquier cosa más divertida que ver a otros jugar futbol en estado animal.
Mario Bros siguió insistiendo hasta el final en obligarme a jugar futbol, pero yo me mantuve firme en mi decisión de no hacerlo, a pesar de que esto significó que me sacara un tremendo 11 en ese bendito curso.
Es por ello que actualmente, cada vez que alguien me habla de futbol, soy un verdadero cero a la izquierda. No sé nada, ni me interesa aprenderlo, aunque claro, sé que el conocer algunas cosas básicas es una buena forma de "negociar" o establecer una conversación amena con algunas personas. Pero bueno, ya con eso no me hago problemas pues con los años descubrí una premisa básica que hoy en día ensayo casi de memoria a la hora de mantener una conversación futbolística con otra persona... 

"¿Que te pareció el partido, Mijaíl?... 
"Pues nada... yo creo que aún es matemáticamente posible que vayamos al mundial..."
#108 Antes de ti: Profesor Guillén (Amé en secreto su clase de educación física... lástima nunca pude llegar a ser su alumno.)