El viento sopla pero no con la violencia de otras noches si no mas bien como un susurro de nana que te invita a volver a la cama a descansar, pero no puedo, no tengo sueño, una blanca lechuza me vigila desde lo alto de un pino queriendome hacer compañia, pero sabe que no se podra quedar mucho tiempo, pues tiene que buscar alimento.
El Sol no parece gustarlas y prefieren la tranquilidad de la noche, el viento vuelve a soplar, cimbrea los frutales sin hojas ni fruto, pero llenos de fuerza y vitalidad van sacando timidamente pequeñas ramitas que mas adelante daran paso a jugosos y sabrosos frutos, mis oidos han empezado a sentir el silencio absoluto. Quizas esa tranquilidad es la que haga que me vuelva a la cama y descanse quizás es porque no ha pasado de nada o ha pasado de todo. Es sorprendente ver la maquinaria de la vida corriendo sin parar... antes de ayer habia nieve, ahora (puede que en el norte siga haciendo frio) pero los campos ya no lucen igual.
Todo sigue girando...